El mes
pasado, la Comisión Europea publicó la Directiva de Ejecución 2014/78/UE (ver aquí), que modifica
la Directiva 2000/29/CE
que –entre otras cosas– establece los organismos de cuarentena en la Unión
Europea. En dicha Directiva de Ejecución se incluyen varios nuevos organismos
de cuarentena que afectan a diversas especies agrícolas y forestales, entre
ellas una que nos interesa especialmente a los horticultores del sur de España…
Se trata de Anthonomus eugenii, más
conocido como el Picudo del chile.
Anthonomus eugenii es un escarabajo de la familia
curculionidae, que –como podéis ver en la primera imagen– muestra la anatomía típica
de los gorgojos o picudos. Se trata de
un escarabajo fitófago de pequeño tamaño –los adultos apenas miden 2 o 3
milímetros de longitud– que está especializado en alimentarse de plantas del
género Capsicum, que es al que
pertenecen todos los tipos de pimiento cultivados a lo largo y ancho del mundo.
Las hembras de escarabajo depositan sus huevos en los botones florales y frutos
recién cuajados, y de estos nacen unas pequeñas larvas blanquecinas que devoran
al fruto desde dentro, ocasionando su caída prematura. Afortunadamente, esta
plaga es marcadamente tropical y originaria de México, desde donde se ha
extendido a toda Centroamérica y el sur de los Estados Unidos, provocando daños
muy severos. Vamos, que es una plaga muy destructiva y difícil de controlar,
tanto por medios químicos como biológicos… o al menos eso parece deducirse de
la lectura de este
completo informe de Bayer México. Probablemente nuestros lectores
americanos (si es que a estas alturas aún queda alguno…) conocerán a esta plaga
mucho mejor que cualquiera de nosotros, así que aquí queda la invitación a
añadir cualquier información que consideren útil en los comentarios.
Pero,
¿por qué esta súbita preocupación de las autoridades europeas por una plaga
caribeña?... Pues simplemente porque en
Europa llevamos un par de años muy moviditos con el escarabajito en cuestión.
En julio del 2012 (ver aquí)
apareció un brote de A. eugenii en 4
invernaderos holandeses de pimiento, concretamente en el área de Westland,
lo que significaba la primera detección de esta plaga en territorio europeo. Un
año después, en julio del 2013, las autoridades holandesas publicaron un
completo informe sobre el particular (puede descargarse aquí)
en el que se asegura que la fuente de contaminación son importaciones de
pimientos caribeños[1] –que, por cierto, no hacen
otra cosa que aumentar en los últimos años–. Además se analiza concienzudamente
la biología de esta plaga y su posible zona de establecimiento en Europa, concluyéndose
que A. eugenii solo puede
establecerse en zonas donde apenas se den temperaturas bajo cero –lo que corresponde
a la zona de rusticidad 10 [2]– y con veranos francamente calurosos –donde se alcance una suma térmica[3]
de unos 3000 grados día anuales en base 10ºC–; aunque es posible esperar problemas
puntuales en las áreas más cálidas de la zona de rusticidad 9, especialmente en
cultivos bajo abrigo. Si os fijáis en los mapas agroclimáticos de la segunda
imagen, Holanda está fuera de ambas zonas, así que no es de extrañar que en
diciembre del 2013 las autoridades holandesas afirmaran oficialmente que el
brote de A. eugenii había sido
erradicado (ver aquí)
Pero
mientras tanto, en octubre del 2013 A.
eugenii volvió a aparecer en territorio europeo, concretamente en 4
cultivos de pimiento –tanto en invernadero como al aire libre– de la región
italiana del Lacio, al sur de
Roma (ver aquí)
Cuando apareció el problema, la campaña de pimiento ya estaba finalizando en el
Lacio (su campaña de pimiento es muy parecida a la de Murcia) y los escarabajos
solo se detectaron en un área muy localizada (una pequeña llanura costera
rodeada de montañas); además, no se encontró al A. eugenii en ninguna de las prospecciones realizadas en las
regiones limítrofes. A pesar de ello, las autoridades italianas han
implementado un plan de contingencia en la zona afectada que incluye la prohibición
de cultivar, producir, comercializar o poseer plantas de pimiento; así como la
destrucción en toda el área de aquellas plantas silvestres que pudieran servir
de reservorio (las pertenecientes al género Solanum)
Y es que en esta ocasión el picudo del chile había aparecido en medio del
Mediterráneo, en una zona en la que –como podéis comprobar en el mapa de la
segunda imagen– sí es posible el establecimiento de una población permanente.
Oficialmente, todos los organismos oficiales consideran erradicado el brote
italiano –de hecho la Directiva de Ejecución 2014/78/UE define a A. eugenii como “Organismo nocivo de cuya presencia no se tiene constancia en ningún
lugar de la Comunidad.”–, pero el caso es que en el Lacio se han
implementado para la campaña en curso medidas fitosanitarias que han generado
cierta polémica entre los agricultores de la zona; o al menos eso es lo que se
desprende de algunas notas publicadas por la prensa italiana esta primavera
(ver aquí)…
En fin,
estos son los riesgos que tiene la globalización: mover productos agrícolas
entre continentes siempre conlleva el peligro de trasladar plagas y
enfermedades invasoras. Que el picudo del chile se haya incluido en la lista de
organismos de cuarentena europeos es una buena noticia; a partir de ahora las
partidas de pimiento que se importen desde el Caribe deberán ser vigiladas más
atentamente en las fronteras de la Unión Europea. Y –por ahora– seguimos sin
nuevas noticias de Italia; y en este caso la ausencia de noticias es una muy
buena noticia…
[1] De hecho, en Westland está la ciudad de
Rótterdam, cuyo puerto es la principal entrada de mercancías en la costa
atlántica europea.
[3] La suma térmica es una herramienta muy
utilizada para calcular la fenología de una especie en función de las
temperaturas registradas en una zona (ver aquí) De esta
manera pueden determinarse con gran exactitud estados fenológicos de interés en
un cultivo (desborre, plena floración) o el momento adecuado para realizar
tratamientos fitosanitarios contra determinadas plagas.