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martes, 15 de marzo de 2022

Manejo del suelo. Fatiga

 Con la disminución y quizás pronta desaparición de plaguicidas  y fumigantes de suelo se hace necesario una nueva visión en el manejo del suelo. Hasta ahora se ha podido sortear más o menos la pérdida de productividad gracias a la desinfección mediante fumigantes químicos. Sin embargo este año se observa un aumento de parcelas con problemas por causas del suelo.

En esta parcela se aprecian daños muy importantes a causa de Phytophthora.

Una vez es atacado el cultivo por este hongo, pocas son las soluciones.

Lo único que se puede hacer es prevenir e intentar comenzar el cultivo libre del patógeno en el suelo.



En esta parcela el problema es otro, no se debe a ningún patógeno de suelo, pero el problema si proviene de ahí.

En este caso se aprecia una falta de vigor en la planta, la productividad es muy escasa y todo tiene que ver por una mala condición de las propiedades físicas del suelo. El suelo estaba muy compactado, las raíces no han podido desarrollarse bien, por lo tanto la absorción de nutrientes  es escasa, se produce una carencia de potasio y enanismo de la planta.

Esta claro que un mal manejo del suelo va a determinar la viabilidad del cultivo.

Se define Fatiga del Suelo como la disminución de la productividad debido a una pérdida de la fertilidad del suelo.
Varias son las causas que la determinan, todas tienen que ver con las propiedades Físicas, Químicas y Biológicas del suelo. Puede ser solo una de ellas pero generalmente son la suma de varias de ellas. La reiteración de un monocultivo suele ser causa de fatiga. Los factores que intervienen son:
Factores físicos como la modificación de la estructura del suelo generalmente a causa de un mal manejo del suelo.
Factores químicos derivados de una falta de nutrientes o no disposición de estos para la planta, u otros derivados de la interacción de sustancias tóxicas, ya sean exudados de las raíces o por descomposición de residuos vegetales y/o microorganismos y que afectan a la actividad en la rizosfera.
Factores biológicos como una baja actividad de la biota del suelo o bien por  desequilibrios a favor de microorganismos patógenos. 
Por lo tanto, factores como microorganismos patógenos, factores nutricionales y mal manejo de suelo así como factores alelopáticos son los que más se nombran como causa de esta situación de fatiga.
En siguientes post se tratará de explicar las relaciones de los diferentes factores- físicos, químicos y biológicos- y su interrelación, como el desequilibrio de unos afecta a otros, como se manifiestan y dar estrategias de manejo para un mayor equilibrio del ente suelo.

viernes, 11 de marzo de 2022

Abonos en épocas de crisis

 ABONOS EN ÉPOCAS DE CRISIS

La pandemia producida por el Covid-19, entre otros males, ha traído un aumento de los precios de la energía y las materias primas y por lo tanto de los fertilizantes. Ahora, con la crisis de la guerra de Crimea no sabemos hasta donde pueden llegar estas subidas. El caso es que han aparecido por la zona ofertas de fertilizantes que pueden producir confusión. Voy a poner dos ejemplos de abonos que en sus etiquetas muestran cifras parecidas a las que aparecen en el nitrato potásico y pueden inducir a confusión.

En este primer ejemplo la información sobre la composición nutricional del abono aparece claramente en su etiquetado, aunque en la letra pequeña. El problema es que muchas veces las etiquetas nos las mira nadie, ni vendedor, ni comprador, ni técnico alguno. La realidad es que esa aparente igualdad de cifras con las del nitrato potásico puede hacer  pensar que son abono similares y de hecho puede decirse que nutritivamente son casi iguales. Las dos grandes diferencias son:

-   Todo el nitrógeno que contiene este abono está en forma ureica. En el nitrato potásico todo el nitrógeno está en forma nítrica.

-   El potasio que tiene debe de estar necesariamente asociado al cloruro puesto que si estuviera asociado al sulfato, por norma, debería de aparecer en el etiquetado la riqueza en azufre (S) o trióxido de azufre (SO3) que es la única alternativa que hay. La normativa que regula los abonos CE no obliga a declarar el contenido en cloruro de los abonos.

En definitiva, 100 Kg del abono 11-0-46 pueden ser sustituidos, o dicho de otro modo, se pueden “fabricar”, mezclando 25 Kg de urea y 75 Kg de cloruro potásico. Esta cuenta es muy fácil de hacer. La urea tiene el 46 % de riqueza en N y para aportar 11 Kg de N hacen falta por lo tanto 23,9 Kg de urea (11/0,46). El cloruro potásico tiene el 60 % de riqueza en K2O y para aportar 46 Kg de K2O hacen falta 76,6 Kg de cloruro potásico (46/0,60).

Este segundo ejemplo es para un abono CE 9-0-43 (30). Su contenido declarado en la etiqueta tiene el nitrógeno en forma nítrica (3 %) y en forma ureica (6 %). La riqueza en K2O es del 43 % y no puede ser proveniente del cloruro potásico puesto que ahora sí aparece una riqueza en trióxido de azufre del 30 % que indica que la mayor parte del potasio está en forma de sulfato.

Para “fabricar” 100 Kg de este abono complejo, con sus mismas características nutricionales, se deberían de mezclar 13 Kg de urea, 21 Kg  de nitrato potásico y 66 Kg de sulfato potásico. No obstante no tendríamos un abono equivalente puesto que, en este caso, el abono en cuestión también contiene un inhibidor de la nitrificación.

Con estos datos y teniendo los precios de cada uno de los abonos comentados pueden hacerse valoraciones económicas de las alternativas que se proponen. No obstante conviene pedir asesoramiento a un técnico cualificado puesto que el aspecto económico no es el único que debe de tenerse en cuenta a la hora de decidir sobra  una nutrición equilibrada y eficiente para nuestros cultivos.

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