¿QUÉ PASA CON LOS CLORUROS?

Algunos agricultores reciben visitas de varios técnicos. El de la empresa de comercialización, el del almacén de suministros, algún asesor externo independiente, el de los abejorros y/o los “bichos”, el de la empresa de semillas que tiene puesta alguna prueba en su invernadero y quizás alguno más que ahora no me viene a la memoria. El otro día me comenta un agricultor que uno de estos técnicos que ve el análisis de su agua de riego le dice que tiene muchos cloruros y el hombre, lógicamente, se queda preocupado y quiere saber mi opinión al respecto. Le pregunto que cual es la conductividad del agua y me dice que 1,2 dS/m. Le tranquilizo y le comento que no debe de preocuparse porque con ese agua no se pueden tener mucho cloruros.

La primera cuestión en la que debemos de ponernos de acuerdo es lo que cada uno entiende por mucho, regular o poco, porque si no cuantificamos, nos perdemos. En la zona del poniente de Almería se utilizan aguas de riego con CE entre 0,6 y 3,0 dS/m y generalmente estas salinidades no afectan a los rendimientos de los distintos cultivos que se manejan. En la zona de Nijar he llegado a conocer cultivos de pepino y pimiento regados con aguas de 4,0 dS/m con muy buenas producciones.

La conductividad eléctrica del agua de riego es consecuencia de la concentración de los distintos iones que están en disolución. Hay una correlación directa entre el valor de la CE y la concentración iónica. Para valores de CE por debajo de 2,5 dS/m, esta correlación es de 0,1 dS/m por cada meq/l de concentración de aniones (negativos), o cationes (positivos). Recordar que siempre, en toda disolución, la concentración de aniones (meq/i) es igual a la concentración de cationes (meq/l). Los aniones que normalmente hay en las aguas de riego son los cloruros, bicarbonatos y sulfatos. En la tabla adjunta se aportan datos de aguas de riego de la zona del poniente de Almería. Se da el valor de la conductividad eléctrica y las concentraciones (meq/l) de cloruros, bicarbonatos y el total de aniones. Por diferencia se puede calcular la concentración de los sulfatos. Es importante observar que la concentración de bicarbonatos es bastante constante e independiente del valor de la CE del agua de riego. He representado en la gráfica la relación entre la CE y la concentración de cloruros y puede observarse la alta correlación entre ambos valores. De hecho, para las aguas de esta zona, conociendo el valor de la CE del agua de riego, puede predecirse la concentración de cloruros aplicando la fórmula mostrada. 

Si con aguas de CE de 3,0 dS/m, que tiene concentraciones de cloruros en el entorno de 25 meq/l, se pueden obtener buenos rendimientos sin verse afectada la producción ni la calidad de la cosecha, ¿por qué ese miedo a ver, por ejemplo, 15 meq/l de cloruros en un agua de 1,2 dS/m?. La realidad nos está demostrando esto continuamente y sin embargo es muy frecuente seguir escuchando que un determinado agua tiene muchos cloruros. Bueno, ¿y que?. A que hacemos más caso, a lo que ponen algunas publicaciones o a lo que estamos viendo continuamente. Por otro lado, si manejo un agua de 1,0 dS/m, que tendrá unos 5 meq/l de cloruros, que problema puede haber en aportar 5 meq/l de cloruro potásico en la solución nutritiva. Esto equivaldrá, aproximadamente, a una concentración de cloruros igual a la de otro agricultor que tenga un agua de riego de 1,5 dS/m, que para todos los efectos no se considera, ni muchísimo menos, un agua salina.