Desmontando al swirskii. (Capitulo 3. Alimentándose de nuestros enemigos)

El Amblyseius swirskii es omnívoro. Se le ha encontrado alimentándose –o se le ha alimentado en cautividad– de aleiródidos (moscas blancas), tisanópteros (trips), tetraníquidos (arañas rojas), tenuipálpidos (falsas arañas rojas), eriófidos (ácaros similares al vasates), tarsonémidos (ácaros blancos), acarídios (ácaros del grano), huevos de algunos lepidópteros (Prays citri), ninfas de diaspínidos, cóccidos y pseudococcidos (distintos tipos de cochinillas), melaza, néctar y polen; además se sabe que carroñea y que, si es necesario, se vuelve caníbal… ¡Vamos, un auténtico superviviente! Pero una cosa es sobrevivir alimentándose de una especie plaga y otra muy distinta controlarla… Controlar una plaga es alcanzar un equilibrio entre las poblaciones del depredador y de la presa en el cual la población de esta última se sitúe por debajo de nivel de daño económico para el cultivo; es decir, ver plaga pero no daños importantes. Qué se alcance o no este equilibrio dependerá principalmente de: 1) Las poblaciones iniciales de presa y depredador y 2) la velocidad de crecimiento de la población de ambas especies –es decir, de la tasa intrínseca de crecimiento (r_m) del auxiliar y de la plaga– en las condiciones de cultivo. Sobre el primer punto podemos influir subiendo la dosis y modificando la fecha de suelta, aunque la verdad es que en la mayoría de los casos para actuar rápidamente sobre una población de plaga numerosa y bien establecida –es decir, tener efecto curativo– hay que manejar dosis de OLB antieconómicas. De ahí la importancia de soltar siempre de forma preventiva y de dificultar el establecimiento de la plaga con medidas físicas, temas que últimamente tenemos muy abandonados en este bendito campo almeriense. Sobre el segundo punto poco podemos hacer salvo conocer en profundidad las relaciones de depredación entre nuestras plagas y nuestros auxiliares, y voy a intentarlo ahora con el Amblyseius swirskii. En fin… ¡Vamos al lío!

Aunque se conoce desde los años 60 el A. swirskii comienza a considerarse como OLB contra Bemisia tabaci en los últimos años del siglo XX, a partir de un estudio holandés –que podéis consultar aquí– con varias especies de fitoseidos recolectados en Israel y Jordania. Las ninfas y adultos de A. swirskii se alimentan de larvas de primer estadio y sobre todo de huevos de mosca blanca –en la primera imagen podéis ver el ciclo completo de B. tabaci–. La mosca blanca pone sus huevos desprotegidos, al alcance de los ácaros que no han de hacer más esfuerzo que absorber su contenido. Valga el siguiente video para ilustrarlo.

Además de no necesitar un gran esfuerzo para conseguirlos, los huevos de mosca blanca le resultan muy nutritivos a nuestro A. swirskii. En estas condiciones el crecimiento de la población es rapidísimo; los investigadores estimaron una tasa intrínseca de crecimiento de r_m= 0,20 a 25ºC (¡¡Un 20% diario!!)⁽¹⁾ Un estudio más reciente y completo, realizado en Arabia Saudí en el 2011 (ver aquí), encontró relación entre la disponibilidad de huevos de Bemisia y la velocidad de crecimiento, pero con alta disponibilidad de huevos la tasa intrínseca de crecimiento es similar ( r_m= 0,22 a 26ºC y 70% de HR) Evidentemente, esto convierte al swirskii en un excelente depredador contra mosca blanca –algo que sabemos todos–, pero no en un hacedor de “milagros” con efecto curativo… Las larvas de B. tabaci de segundo y tercer estadio no son depredadas por los ácaros y son auténticas máquinas de producir melaza –los adultos apenas producen–. Tanto la melaza como la negrilla son muy dañinas para los A. swirskii, hasta el punto de que los ácaros casi desaparecen en las hojas pegajosas. Incluso en pimientos de verano si hay larvas de mosca blanca avanzadas cuando soltamos los ácaros –algo cada vez más habitual en Almería, donde se retrasan las sueltas buscando más humedad, “prevenir” la cochinilla, u otras milonga similares–, la melaza que produzcan nos causará problemas en esa zona que a veces llegan a extenderse por todo el cultivo. Afortunadamente existe el OBERON (spiromexifen), la azadiractina y los jabones; pero claro, su uso continuado provoca “daños colaterales” de los que ya hablaremos en el post correspondiente…

La depredación y el desarrollo de A. swirskii sobre Frankliniella occidentalis se ha estudiado sobre todo en los países del norte de Europa, donde este ácaro se presentó como la solución en cultivos como pepino o rosa (ver artículo aquí) En la segunda imagen podéis ver el ciclo completo de F. occidentalis… Pues bien, como los huevos del trips están bien protegidos dentro de los tejidos vegetales, lo único que puede ser depredado por los adultos de A. swirskii es la larva de primer estadio. También lo intentan con las larvas de segundo estadio, pero ofrecen mucha resistencia y suelen escapar a los ataques de los ácaros solitarios –son necesarios varios ácaros adultos para reducirlas y matarlas–. Abajo podéis ver unos videos –con una calidad bastante mala, es verdad. Es algo mejor el original– sacados de un video que otro friki japonés colgó en YouTube. En el primero se ve como una hembra adulta de A. swirskii se zampa tranquilamente a una larva de primer estadio mientras que en el segundo una larva de segundo estadio escapa –tras un minuto de lucha a coletazo limpio– del ataque de un ácaro adulto.

Las ninfas de A. swirskii lo tienen todavía más crudo… Las larvas de segundo estado de trips son desde luego inalcanzables, pero incluso las larvas de primer estado se defienden tan bravamente como sus hermanas mayores y escapan de los ataques de la ninfas de ácaro en muchas ocasiones. El resultado es que gran parte de las ninfas de A. swirskii (el 67%) mueren antes de llegar a adultos lo que se traduce en un crecimiento de la población relativamente lento, con una tasa intrínseca de crecimiento de r_m = 0,056 a 25ºC (sólo un 5,5% diario)

Evidentemente, a la luz de estos datos el A. swirskii no es un “superdepredador” contra trips, pero –por ahora– es lo único que tenemos (el hecho de que en los países nórdicos –donde no hay Bemisia– esté sustituyendo al A. cucumeris en el control de trips dice mucho de la efectividad de este último ácaro) Afortunadamente, durante gran parte del año en nuestros cultivos nunca falta la Bemisia; parece una paradoja, pero la presencia continua de mosca blanca aumenta las poblaciones de A. swirskii hasta un nivel en el que el control de trips aparece como efecto secundario; de hecho en estos últimos años ha habido más de un cultivo de pimiento sin Orius (por problemas de instalación) donde los ácaros han conseguido controlar al trips. Sin embargo durante el invierno y el principio de la primavera, cuando la mosca blanca desaparece de nuestros cultivos, la población de swirskii se estanca y –si no lo hacemos muuuy bien– resulta complicado controlar el trips. En mi opinión, la única forma de lograrlo es:

1) Aumentar las dosis de suelta (hasta al menos 100 ind/m²) y utilizar formulaciones de sobre lo más duraderas posible, que produzcan gran número de ácaros (un sobre de calidad debe de producir unos 1500 ácaros en todo su ciclo) que recolonicen continuamente el cultivo durante semanas.

2) Tratar de capturar todos los trips que podamos antes de que lleguen al cultivo. Seré pesado, pero nunca me cansaré de recomendar las placas pegajosas.

3) Utilizarlo de forma preventiva, es decir, colocar los sobres MUY PRONTO. Si los primeros trips llegan al cultivo antes que los primeros ácaros lo normal es que tengamos problemas. A mi juicio, liberar a los ácaros cuando el cultivo llega al alambre (en pepino) o justo antes de meter la colmena (en cucurbitáceas de primavera) es un error muy grave.

4) Aunque parezca una perogrullada, no matar a los ácaros (o al menos matar los menos posibles) Es evidente que hay que tratar contra hongos, pero hay que basar el control fúngico en medidas culturales. Las bajas temperaturas y la ausencia de mosca blanca alarga mucho el periodo de instalación del swirskii y todos sabemos que durante la instalación hasta el agua molesta…

Y ahora que lo pienso, mucho hablar de cucurbitáceas pero ¿Qué pasa en berenjena? Otro día hablaremos de eso, que bastante largo me ha salido ya el post…

⁽¹⁾Los propios investigadores holandeses reconocian que, debido al método que utilizaron, la tasa intrínseca de crecimiento está sobredimensionada. De todas maneras lo que está claro es que, por muy sobredimensionada que esté, es mucho mayor sobre mosca blanca que sobre trips.