El otro día una amiga y yo tuvimos un pequeño debate telefónico con un agricultor a cuenta de los pulgones de sus pimientos. Mi amiga -con buen criterio- le aseguraba que los pulgones de color rojo y los de color verde que tenían en su finca eran la misma especie, mientras que el agricultor -que también tenía su parte de razón- le decía que no podía ser, que el
"piojo verde" se moría tratando con Aphox -pirimicarb-, pero para cargarse al
"piojo rojo" no tenía más remedio que tratar con Plenum -pimetrozina-. Tanto el uno como la otra tenían razón, pero... ¿Cómo es esto posible? Trataremos de aclararlo en este post.
Para empezar hay que dejar muy claro que
el color NO es una buena característica para tratar de identificar a los pulgones. Dentro de una misma especie de áfido pueden darse patrones de coloración muy distintos -como veremos a continuación- y los científicos no tienen aún muy claro a que se debe esta diversidad cromática, aunque algo se empieza a saber (ya habló Aguilera de este tema en
este interesante post) También hay que tener en cuenta que los pulgones son polimórficos; en toda colonia de pulgón aparecerán hembras ápteras y aladas, con formas y coloraciones diferentes ya desde los estadios ninfales. Para identificar a los pulgones plaga que aparecen en nuestros cultivos hay que centrarse en las adultas ápteras y más concretamente en determinados elementos anatómicos que he señalado en la primera imagen -la cual representa a la típica hembra adulta áptera de los áfidos-. Los más importantes son los sifones o cornículos, la cauda, las antenas y los tubérculos antenales. Sifones, cauda y antenas pueden observarse bien con un cuentahilos; los tubérculos antenales son más pequeños y dificiles de observar en las especies más pequeñas si no se dispone de un binocular; si hay interés podría currarme una clave dicotómica sencilla para identificar las principales especies que aparecen en nuestras hortícolas...
Pero hoy estábamos con los
"piojos rojos" y los
"piojos verdes". En la inmensa mayoría de los casos, tanto unos como otros pertenecen a la especie
Myzus persicae que, a pesar de llamarse pulgón verde del melocotonero, ni es siempre verde ni aparece solo en estos frutales; en los pimientos y las berenjenas estamos muy acostumbrados a sufrirlo. Aunque lo cierto es que hay ciertas diferencias entre los individuos de distintos colores, pues los científicos los consideran dos variedades diferentes -algunos incluso los ascienden a subespecies-. Los de coloración verde pertenecen a la variedad
persicae (del melocotonero, cuyo nombre científico es
Prunus persica), mientras que los de color rojizo pertenecen a la variedad
nicotianae (suelen ser muy abundantes en el tabaco, cuyo nombre científico es
Nicotiana tabacum) Morfológicamente -salvo en el color- no hay diferencias entre ellas;
cualquier Myzus persicae tendrá sifones cortos del mismo color que el resto del cuerpo y tubérculos antenales enfrentados entre sí. Las diferencias aparecen en cuanto a las plantas huésped preferidas y a las resistencias generadas a los pesticidas, y esas son precisamente las que nos interesan a nosotros. En las dos variedades de
Myzus persicae han aparecido resistencias al pirimicarb, pero están más generalizadas en la variedad
nicotianae -el
"piojo rojo"- que en la
persicae -el
"piojo verde"- (ver
aquí) El agicultor estaba equivocado al afirmar que eran dos especies diferentes, pero no le faltaba razón: en muchas ocasiones -no pasa siempre- los
M. persiace de color rojo no se morirán con el Aphox y será necesario recurrir a otras herramientas químicas para reducir su población.
Pero ya puestos a hablar de colores, hablemos de los
"piojos negros" y los
"piojos amarillos". Se trata de la especie
Aphis gossypii; un pulgón muy polífago que aparece en todos nuestros cultivos, pero que recibe este nombre porque es especialmente abundante en algodón -que pertenece al género
Gossypium-. Como podéis ver en la segunda imagen, la coloración de esta especie es extremadamente variable -algunas colonias son una auténtica aberración cromática-, pero curiosamente el cuerpo de esta especie NUNCA es negro. Solo los sifones lo son, y esto -junto con la ausencia de tubérculos antenales- es la principal característica para identificarlos:
Sea cual sea el color del cuerpo, Aphis gossypii tendrá siempre los cornículos cortos y de color negro intenso. Esta especie suele aparecer con más frecuencia en cucurbitáceas que en solanáceas, pero también aparecen ataques muy graves en pimiento. Además hay cepas enanas con adultas mucho más pequeñas -hablamos de ellas hace casi dos años
aquí- que son muy dificiles de parasitar por
Aphidius. Sumemos a todo esto que esta especie desarrolló resistencias al pirimicarb hace décadas (ver
aquí) y comprenderemos porque es importante identificarla con rapidez y tomar las medidas adecuadas.
Sobre todo en pimiento, donde la presencia del
Orius limita la cantidad de materias activas que podemos emplear es importante identificar la especie de pulgón que tenemos en nuestro cultivo. Y el color será lo más fácil de ver, pero no es precisamente la mejor opción. ¡Qué le vamos a hacer! Nadie dijo que esto de los bichos fuera fácil...