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martes, 12 de marzo de 2013

Hongos fitopatógenos, enemigos infiltrados (Capítulo 1: Oomicetos. Los hongos-alga)

Hace ya bastantes semanas uno de los visitantes del blog me propuso una serie de post sobre las enfermedades fúngicas de los cultivos almerienses, y no es mala idea profundizar en esas manchas, pelusas y exudados que aparecen en nuestros cultivos casi como por arte de magia. Tradicionalmente se ha equiparado el prevenir las enfermedades fúngicas con el uso de fungicidas de forma preventiva –algo que no es del todo cierto– y en tal sentido hay muchas descripciones de síntomas y listas de fungicidas disponibles en la red; así que esta serie pretende aportar algo más. Trataré de enfocar el manejo de los hongos fitopatógenos desde una perspectiva integrada, es decir, siguiendo la secuencia lógica: (a) conocimiento del agente causal, (b) prevención, (c) control biológico –cuando sea posible– y (c) control químico racional. Vamos que, como siempre, lo primero debe ser conocer lo mejor posible al enemigo: sus costumbres, sus fortalezas y sus debilidades.
Pero describir con algo de detalle a unos enemigos tan extraños y esquivos como los hongos no es tarea fácil; simplemente definir qué demonios es un hongo ya es más difícil de lo que parece. Además, es imposible contar algo de ellos sin conocer algunos términos específicos que se utilizan para describir su anatomía; hablar de hongos sin conocer el significado de estos “palabros” equivaldría a hablar de plantas sin saber que son las raíces, los tallos, las hojas o las flores. Para ponerlo aún más difícil, los hongos tienen ciclos de vida rarísimos –muy distintos a los de plantas o animales– tanto, que algunos más parecen extraterrestres que seres de este planeta... Demasiado trabajo para ir improvisándolo post a post; así que no queda otra que soltar un par de rollos antes de meterse en faena…Visto de una manera muy simplista, podríamos decir que los distintos seres vivos también escogieron distintas maneras de obtener su alimento. Las plantas escogieron fabricarlo e inventaron la fotosíntesis y los animales eligieron buscarlo desarrollando la locomoción; pues los hongos decidieron simplificar al máximo su cuerpo y comer prácticamente de todo. Y esta estrategia evolutiva les ha dado mucho éxito; de hecho, la mayoría de los 80.000 hongos catalogados –una mínima parte del total, que se estima en más de un millón– son organismos saprófitos capaces de alimentarse casi de cualquier cosa. Sin embargo, unas pocas especies se han convertido en mutualistas, estableciendo simbiosis con las algas –los líquenes– o las raíces de las plantas –las micorrizas–, ambas fundamentales para la existencia de la vida sobre la tierra. Otros hongos se convirtieron en parásitos, especialmente de las plantas; éstos son los llamados  hongos fitopatógenos, auténticos especialistas en pasar desapercibidos y esperar su oportunidad para hacer un cristo con nuestra cosecha.
Como veremos, lo que solemos llamar hongos es en realidad un grupo muy heterogéneo de organismos, con distinto origen y de muy distintas naturalezas, que se parecen por ese milagro biológico que llaman evolución convergente. Pero todos tienen en común tres cosas: (1) la reproducción mediante esporas, (2) un cuerpo vegetativo filamentoso denominado micelio formado por hifas y (3) que se alimentan por absorción. Una espora es una estructura de reproducción normalmente unicelular (aunque a veces tiene unas pocas células) mediante la cual el hongo puede dispersarse y sobrevivir –por más o menos tiempo– a condiciones adversas; o sea, cumple exactamente la misma función que las semillas de las plantas (de hecho la palabra espora viene del griego sporá, que significa semilla) El cuerpo de los hongos se llama micelio y está compuesto de un montón de filamentos denominados hifas; vamos, que un hongo es básicamente una “pelusa viva”. Cada hifa crece por los extremos, a veces ramificándose, pero en general sin llegar a formar estructuras anatómicas complejas; simplemente es un “hilo vivo” que se alarga continuamente. Esta anatomía extremadamente simplificada es una enorme ventaja para un organismo que se alimenta por absorción; la relación superficie-volumen del micelio de los hongos es enorme, así que –directamente través de las paredes de las hifas– pueden absorber los nutrientes y desprenderse de los desechos rápidamente y sin apenas gasto de energía, creciendo a velocidades de vértigo mientras haya alimento disponible y condiciones favorables. Además, no poseer forma definida les hace tremendamente adaptables; pueden desarrollarse en cualquier dirección, sobre cualquier superficie e incluso en medios líquidos. A pesar de su aparente simplicidad, las hifas pueden formar estructuras algo más complejas con funciones específicas; hay bastantes más, pero –centrándonos en los hongos fitopatógenos– las cuatro que muestra la primera figura son especialmente interesantes.
 .- Los esclerocios son masas redondeadas y negruzcas donde se acumulan sustancias de reserva. Funcionan como estructuras de resistencia, permitiendo al hongo sobrevivir a condiciones adversas y volver a crecer cuando estas mejoren; vamos, que funcionan más o menos como los tubérculos vegetales (las patatas, por ejemplo) Las famosas “pelotillas negras” que aparecen en los ataques de pudrición son precisamente los esclerocios del hongo.
.- Las clamidosporas son esporas de resistencia desarrolladas directamente a partir de células de las hifas, que se recubren de una pared gruesa y acumulan sustancias de reserva en su interior. Son muy resistentes y pueden persistir durante años, como bien sabemos todos los que  hemos tratado de erradicar –la inmensa mayoría de las veces sin demasiado éxito– las clamidosporas de Fusarium oxysporum del suelo de nuestros invernaderos.
.-Los haustorios son estructuras desarrolladas por las hifas de hongos parásitos que se alimentan de células vegetales vivas. Les permiten penetrar dentro de las células vegetales sin romper sus membranas –y por tanto sin matarlas– absorbiendo a través de ellos los nutrientes de la planta como vampiros de película; vamos, que son equivalentes (que ni mucho menos parecidas) a las raíces de nuestras plantas. Las cenizas y mildius –hongos parásitos por excelencia también en nuestros invernaderos– los utilizan para alimentarse.
.-Los apresorios son estructuras en forma de cojín adhesivo, que utilizan las hifas para adherirse a la superficie vegetal. A partir de ellos se desarrollan las llamadas hifas de penetración, fundamentales en el inicio de la infección, pues gracias a ellas el hongo puede perforar las cutículas vegetales e introducirse en la planta.
A pesar de estas estructuras especiales el cuerpo vegetativo de los hongos es demasiado simple para diferenciar las distintas especies, que se identifican por las diferentes estructuras reproductivas donde fabrican sus esporas. Como podéis ver en la segunda imagen son muy diversas y no todas están presentes en los hongos fitopatógenos que aparecen en nuestros cultivos; tiempo habrá de comentar las que procedan cuando lleguemos a cada especie.
Y hasta aquí llegan las características comunes a todos los organismos que llamamos hongos, porque lo cierto es que habitualmente bajo este término englobamos a dos grupos muy, pero que muy distintos… Por un lado están los Oomicetos o mohos de agua (water molds en inglés) a los que yo prefiero llamar hongos-alga; entre ellos encontramos nada más y nada menos que a mildius, fitóptoras y pitiums… ¡Casi ná! Como anatómicamente son muy similares a los verdaderos hongos hasta hace poco estuvieron clasificados como tales; pero conforme se avanzó en su conocimiento surgieron diferencias muy importantes, hasta el punto de que fueron separados de ellos por los científicos. Sus células están rodeadas de una pared de celulosa, en su membrana tienen esteroles muy similares a los vegetales y son diploides (igual que animales y plantas, tienen dos juegos de cromosomas en los núcleos de sus células); nada extraño si se tiene en cuenta que en realidad no son hongos, sino más bien algas que perdieron la clorofila y se dedicaron al parasitismo; y junto con las algas y otros organismos acuáticos los científicos los agrupan en el reino Protista. Unos pocos se adaptaron a la vida terrestre para infectar a las plantas superiores y se convirtieron en el azote de los agricultores; a fin de cuentas en el haber de uno de ellos (la Phytophtora infestans, el mildiu de la patata y el tomate) está el haber cambiado la historia cuando causó una gigantesca hambruna en Europa a mediados del siglo XIX, que provocó millones de muertos y propició la emigración masiva de millones de europeos a los Estados Unidos de América. Como podéis ver en la segunda imagen, el ciclo vital de un oomiceto tiene dos fases: una asexual –que aprovecha para dispersarse rápidamente por el cultivo– y otra sexual –que utiliza para obtener variabilidad genética y fabricar estructuras de resistencia–. En la fase asexual el micelio produce esporas asexuales denominadas esporangios; de ellas surgen múltiples zoosporas flageladas que necesitan nadar en agua líquida para dispersarse, así que –aunque sean organismos terrestres– los oomicetos que provocan enfermedades en nuestros cultivos siguen dependiendo del agua para sobrevivir. Estas zooesporas no infectan; solo buscan un punto apropiado para la infección y se enquistan en espera de buenas condiciones ambientales; cuando éstas lleguen, el quiste germinará e infectará al huésped. En el ciclo sexual se forman gametos femeninos –dentro de unas estructuras denominadas oogonios–, que son fecundados directamente por los anteridios. Esta fusión dará lugar a un número variable de ooesporas protegidas por el oogonio; esta estructura de resistencia permite a los oomicetos resistir las condiciones adversas –falta de huésped, sequía, desinfecciones,…– escondidos en el suelo o los restos vegetales. Cuando las condiciones sean favorables las ooesporas –tras germinar– iniciaran la fase asexual, bien infectando directamente o bien fabricando los primeros esporangios. Evidentemente este ciclo general difiere en algunos detalles para cada una de las enfermedades de la segunda imagen, pero eso ya lo veremos cuando proceda…
 
Por otro lado están los hongos verdaderos, donde encontramos al resto de los hongos patógenos: oidios, pudriciones, hongos vasculares… Sus células tienen paredes celulares de quitina –como el esqueleto de los insectos–, su membrana está compuesta de ergosterol y además son los únicos organismos haploides (con un solo juego de cromosomas en sus núcleos celulares) de la naturaleza. Vamos, que son tan completamente diferentes y únicos que merecen un reino aparte: el reino Fungi. Son muy diversos, sus ciclos vitales son muy complejos, y su importancia agrícola es enorme, así que bien merecen un post en exclusiva.
Pero antes de acabar quiero remarcar (más que nada para que quede bien claro) que las formas de resistencia de los hongos –las ooesporas en el caso de los hongos alga– permanecen en el invernadero después de acabar el cultivo. De ahí el título de la serie; eso es precisamente lo que son los hongos fitopatógenos: enemigos infiltrados que no entran de ningún lado, por el simple motivo de que siempre han estado allí…

36 comentarios:

  1. Dice y se queda tan pancho;
    "Las plantas escogieron fabricarlo e inventaron la fotosíntesis y los animales eligieron buscarlo desarrollando la locomoción; pues los hongos decidieron simplificar al máximo su cuerpo y comer prácticamente de todo", jajajaj, como si tuvieran conciencia de si mismos, anda queeeeeeeeee!!!!claro hombre y el troll eligió dar por culo en el blog, no te digo!!!!, pero no seré yo quien diga que Dios y solo Dios es quien elije TODO.

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  2. Excelente post Entomofilico!!!, por cierto que piensas del pleomorfismo?

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    1. Si te refieres a la característica de muchos hongos verdaderos de tener dos formas (teleomorfo y halomorfo) hablaremos en el siguiente post. No adelantemos acontecimientos...

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  3. Anónimo supongo que hablas con ironía cuando dices que Dios elije y no elige, no se si todos lo captan, ah y una cosita, yo no entro a hacer eso que tu dices que hago, yo entro con respeto e intento preguntar cosas interesantes

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  4. Por favor, entomofilico. No se te olvide tratar el tema de los fungicidas o materias y como actuan. Qué hacen, por ejemplo, inhiben la formación de las paredes celulares, destruyen el ergosterol?....es decir. Gracias por volver. Un abrazo.

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  5. Magnifico post. Coincido con el anónimo de las 7:07 en que seria muy interesante una explicación de las tuyas sobre la forma de actuación de los funguicidas para cada familia de hongos.

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    1. Esta prevista compañeros, más que nada porque es imposible hacer un control químico RACIONAL sin tener en cuenta los distintos puntos de actuación de cada tipo de fungicidas.
      Pero tened en cuenta que esto de los hongos es un tema denso y extenso, que llevará bastantes post (entre uno y dos por especie, más los dos iniciales) Y tiempo es precisamente de lo que cada vez tengo menos; así que paciencia...

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    2. Entomi debes entrar ya en nupcias para tener mas tiempo aqui, jejeje

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  6. Cuatro cositas:

    UNA _ Es maravilloso llegar al blog y encontrarse estos posts que son pura clase magistral ilustrada e interactiva. No suelo escribir mucho, pero dada la deriva última, creo necesario manifestar a los autores mi agradecimiento y mi reconocimiento por la enormérrima ayuda que suponen en mi trabajo.

    DOS _ Escribís desde Almería, pero estáis mejorando de un modo indirecto la agricultura de todo el país, y en la medida que el número de lectores del blog crece, de todo el ámbito hispanohablante. Seguramnte, por vivir el el bosque no sois conscientes de la sombra que ofrece un buen árbol. Es MUY difícil encontrar buenos agrónomos en según qué sitios. Muy muy difícil.

    TRES _ La censura sólo es tal cuando se limitan la libertads de expresión en base a razones ideológicas, morales o políticas. Limitar la libertad de insulto es proteger el derecho al honor. El derecho a la estafa, el derecho al engaño u otros etcéteras, no cuentan. Son "izquierdos". La censura es sólo negativa cunado limita derechos. Limitar "izquierdos" es proteger derechos. Si los redactores de este blog deciden limitar el "izquierdo" de algunos pájaros a ensuciar su trabajo y a intoxicar a sus lectores, estarán protegiendo al blog como espacio, como herramienta de divulgación y como foro de encuentro, de una posible infección endoparásita que termine por colapsarlo.
    Lucha integrada, queridos. Lucha integrada .

    CUATRO_ Alguna vez, algún blog que quise y seguí, desapareció sin más, y lamenté que no existiese memoria gráfica de los maravillosos posts y las largas y fructíferas interacciones entre lectores y autores. Han pensado los dueños de este destilar lo aquí vertido durante años en algún libro de papel-papel?

    Muchísimas gracias por los posts pasados y futuros.

    PD: "Ladran, luego...".

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  7. Lo que tambien seria interesante es que alguien, no se si en la universdidad, de la junta de andalucia, cajamar.... hiciese algun experimento de la efectividad de los fungicidas que estamos utilizando, es decir que tanto por ciento de eficacia tiene en el oidio del pimiento el bayfidan, el nimrod, el flint , el ortiva,.....Porque muchas veces estamos aplicando fungicidas sin saber si sirven para algo y al final tenemos quedar 20 azufatados diferentes para acabar con el problema, cuando con uno podriamos resolverlo.

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    1. Cuando hablemos de la ceniza de las solanáceas -Leveillula taurica- veremos en detalle este tema, pero algo te adelanto...
      Leveillula taurica es un hongo que puede afectar muchos huéspedes, lo que significa que su diversidad genética es ENORME. Hay muchísimas razas distintas en cualquier zona productiva (de hecho algunos investigadores lo consideran un complejo de varias especies muy cercanas) Además, en lo que a la resistencia a lo fungicidas se refiere, la ceniza de CADA invernadero habrá desarrollado resistencias a las familias de antioidios que más se hayan usado en ESE invernadero, o sea, que en CADA invernadero la efectividad de CADA producto es distinta. Esto es algo que puede verse en campo cuando eres técnico y ves muchas fincas, sobre todo cuando no hay un "producto estrella" que gasta todo el mundo y copa la inmensa mayoría de las aplicaciones.
      O sea compañero, que lamentablemente no es tan fácil como hacer un ensayo y decidir cual es el bueno, ¡Ojala! En mi opinión la solución no está tanto en saber que producto es el más eficaz sino en PREVENIR la aparición del oidio; y eso no puede hacerse con ninguno de los antioidios que has nombrado... El UNICO ANTIOIDIO PREVENTIVO ES EL AZUFRE y en él ha de basarse el control de la ceniza en los pimientos.

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    2. Entonces que es lo más efectivo para los hongos alga?en los pepinos en semillero les pega fuerte

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    3. Lo más eficaz es evitar es evitar los excesos de agua, tanto de riego (si hablamos de phytium y phytophthora capsici) como en las hojas (si hablamos de mildius).
      En cuanto a fungicidas lo veremos en su momento, que si no voy a hacerme la serie de post a base de comentarios... (jejeje)

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    4. entomofilico tienes toda la razon, pero tambien ten en cuenta que hay resistencias que perduran durante muchas generaciones de hongos y me atreveria a decir que durante muchas años, que son las resistencias controladas por varias genes, como es el caso la resistencias al benomilo o a la carbendazima y despues hay otras que duran solo una campaña, que suelen ser las resistencias controladas por un gen, como es el caso de la resistencia a la iprodiona. Lo interesante seria saber si hay resistencias multigenicas a algun fungicida, que son las que se van a generalizar durante campañas y en diferentes lugares.

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    5. en cuanto al efecto preventivo del azufre, en fincas de tomate donde se empieza a utilizar desde el principio en tratamientos cada 7 o diez dias no hay ni rastro de ceniza ni vasates, en el momento que se deja de utilizar bien por problemas de mezclas, bien por evitar la suciedad del fruto aparece tanto ceniza como vasates.

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    6. Que yo sepa al menos en mildius si que las hay... De hecho conozco estudios bastante detallados sobre los genes de resistencia a estrobilurinas y fenilamidas. De todas maneras ese tema es más complicado en los hongos verdaderos debido a su genética, más extraña dada su naturaleza haploide y su extraño ciclo vital.

      Y lo del azufre es así como dices, es mano de santo contra el oidio utilizado de forma preventiva.

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  8. Está claro o te gastas las perras en plastico al usar azufre o te gastas las perras en antioidios y mermas de producción, te pongas como te pongas jodido estas

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    1. Así ha sido siempre. De todas maneras depende de la cantidad de azufre que gastes y de como lo emplees; hay formas de utilizarlo eficazmente sin hacer tanto daño al plástico. A mi personalmente me gusta mucho hacer cordones en el suelo cuando las plantas son pequeñas; ten en cuenta que contra la ceniza el azufre NO actúa por contacto sino al sublimarse y transformarse en gas, así que no hay porque echarlo sobre la planta ni estar espolvoreando a lo bestia continuamente.

      Otra cosa es utilizarlo contra ácaros; entonces si que el azufre funciona por contacto y tiene que estar sobre la planta... Pero eso es otra historia.

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  9. Gracias enormemente entomofílico por haber tenido en cuenta la petición del post que pedí sobre enfermedades fúngicas y el universo de los hongos en invernaderos. En tomates, este año me ha afectado la botrytis, la ceniza y la ceniza negra...En sandías, espero no tener ningún problema fúngico. Espero que tus post me ayuden a poder identificarlos, sea en tomate y sandías, y puedas ilustrarnos imágenes de otros cultivos. Nos acerca más a este mundo bajo plástico para otros cultivos hortícolas. Un saludo y gracias.

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  10. Pregunta tecnica: alguien sabe si el Clepsis sp. Es una plaga en Almeria? Gracias

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    1. Tortricidos hay a punta pala en la fauna almeriense, y alguno de ellos ha aparecido de forma esporádica causando daños menores en berenjenas y pepinos. Si es del género Clepsis o de algún otro no te lo sabría decir...

      Ahora bien, el tortricido que cada vez esta apareciendo más -sobre todo en pimiento- causando a veces daños relativamente graves es Platynota stultana, del que ya hemos hablado más de una vez en el blog.

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  11. Y del extracto de mimosas,que segun dicen en un buen fungicida,es verdad o leyenda?

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  12. Gerónimio utilizalo tu mismo y deja testigo, jajajajajajajaj

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    1. la gente va al cuello,no dan tregua.....madre mia

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  13. Gerónimo es el precio que hay que pagar por la fama, jjjjjjj

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    1. Uyyyyy, conozco esa riiiisa . Perdón por meterme donde no me llaman pero es que a veces me hace gracia y otras me cabrea, jejejejej.

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  14. joer que honor,ya soy hasta famoso....ya tengo cache y to,jejejejejej

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    1. Ná!!! que no estan preparaos pa la fama!!!

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  15. .
    Boas;

    -) Eu sou um adepto confesso da PREVENÇÃO, parece-me que foi assim que se diminuiu bastante a mortalidade infantil na Raça Humana ...
    Através da higiene e da Vacinação, a Arte Suprema da PREVENÇÃO!

    -) « ... hongos fitopatógenos: enemigos infiltrados que no entran de ningún lado, por el simple motivo de que siempre han estado allí… »
    Pois eu acho que a melhor solução continua a ser a PREVENÇÃO ...
    Evitar a todo o custo que os fungos ( hongos ) contaminem/entrem nas estufas ( invernaderos )!

    Entimofilico, e em relação aos aos fungos-algas ...
    Eles têm a capacidade de se reproduzir dentro de água?


    Vitor Monteiro.
    .

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    1. Los mildius verdaderos desde luego que no, pues son parasitos estrictos que ni siquiera pueden reproducirse en medio de cultivo.

      Pythium y Phytophtora si pueden cultivarse en medios de cultivo, pero dudo que puedan reproducirse en el agua... Lo que si pueden es transmitirse por el agua mediante las formas de resistencia (ooesporas o clamidosporas), así que a veces hay problemas por temas de contaminaciones de las balsas de riego, escorrentias dentro del invernadero o drenajes de cultivos hidropónicos.

      Recuerdo una finca donde tenía muchísimos problemas con Phytophthora capsici -se llego a perder un cultivo entero de 5 Ha-; la única forma de acabar con el problema fue limpiar y desinfectar la balsa de riego... No fue barato, pero desde luego fue eficaz.

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    2. ¿Qué producto es más completo para la desinfección del agua de la balsa, el sulfato de cobre en piedra, el permanganato potásico o el hipoclorito sódico?.

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    3. No desinfectamos el agua de la balsa sino la propia balsa, es decir, la vaciamos, la limpiamos y restregamos todas las paredes con cepillos y lejía.
      Otra cosa es desinfectar el agua de riego, que sencillamente es imposible por métodos químicos... El permanganato potasico y el sulfato de cobre tienen efecto alguicida, y para lo que sirven es para evitar que las ovas -algas mucilaginosas- estropeen el sistema de riego. La lejía -a no ser que eches una dosis bárbara- ni eso; es un oxidante que oxidará cualquier tipo de materia orgánica -viva o no- que haya en el agua, hasta que ya no quede más cloro activo (por eso las aguas potables tienen que tener 0,2 ppm de cloro activo, para asegurarse de que no queda bicho viviente)
      En un estudio que se realizó hace algunos años por parte de COEXPHAL se vio que las balsas más limpias de patógenos eran las que tenían esas algas que nacen desde el fondo, por la sencilla razón de que su nivel de oxigenación era mayor. Los resultados eran muy interesantes y se suponía que las presentaciones iban a estar colgadas en la nueva web de Las Palmerillas, pero parece ser que no es así... Una pena.

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    4. Esas algas que salen del fondo son normalmente del género Chara

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  16. Quereis decir que si la balsa está oxigenada no proliferan los patogenos?
    Se me ocurre entonces instalar una manguera con varios ramales sobre el agua y conectarla a un soplante de los que hay en los cabezales de riego, y con un temporizador meter aire, o he dicho una tonteria?

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    1. No es eso exactamente...

      Una balsa es agua parcialmente estancada -como lo son muchos lagos- y si hay vida en ella no proliferan tanto los patógenos vegetales. En el agua de las balsas donde hay algas como Chara sp. (gracias Aguilera, es fantástico tener un botánico en el equipo) hay muchas cosas... en realidad todo un ecosistema microscópico que dificulta que abunden los parásitos vegetales, que suelen soportar bien la anerobiosis y predominan si se dan condiciones de falta de oxígeno. Si no existe ese ecosistema no existe el control, aunque oxigenes artifialmente el agua.

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