FENOS (flubendiamida) y ALTACOR (clorantraniliprol) son dos magníficas herramientas, y gracias a ellas casi hemos dejado de preocuparnos por la rosquilla verde (Spodoptera exigua), nuestro peor enemigo durante los primeros años de Lucha Integrada. De hecho, he tenido que rebuscar en mi archivo de hace dos años para encontrar las fotos de la primera figura –en la que trato de mostrar el ciclo de este lepidóptero plaga–, porque el año pasado apenas se vio gusano en las fincas.
FENOS y ALTACOR pertenecen a una nueva familia de materias activas: las diamidas antranílicas, en las que actualmente se está centrando buena parte de la investigación en insecticidas. Pero no debemos dejarnos engañar por su espectacular efectividad actual… Como bien comentaba Aguilera en el post de ayer, los lepidópteros son auténticos especialistas en generar resistencias a los pesticidas. Es natural, las orugas ingieren grandes cantidades de material vegetal y con él, altas dosis de las sustancias tóxicas que las plantas fabrican para defenderse. Orugas y plantas llevan millones de años librando su particular “guerra química”, así que los lepidópteros cuentan con un “arsenal genético” muy eficaz. Comparados con las mariposas, moscas blancas y trips son muchísimo más lentos generando resistencias a los insecticidas.
Pero la rapidez con la que se pueden desarrollar las resistencias no sólo depende del insecto, sino también –y mucho– de la forma y el punto del metabolismo en que actúa el insecticida. Cuando una materia activa interfiere en un punto muy específico del metabolismo del insecto, el riesgo de generar resistencias es mucho más alto. Pues bien, al igual que otras familias de insecticidas, las diamidas alteran el funcionamiento de la musculatura del insecto, pero mientras que otros insecticidas interfieren la transmisión del impulso nervioso al músculo (actúan fuera de la célula muscular), las diamidas afectan al propio funcionamiento del músculo (actúan dentro de la célula muscular) como trata de explicar la tercera imagen. La contracción de cualquier célula muscular (también de las humanas) requiere que iones de calcio entren al citoplasma por una estructura llamada canal de calcio (una especie de válvula en la membrana de la célula) Las diamidas se fijan al canal de calcio de las orugas e impiden que se cierre, lo que provoca la entrada masiva de calcio al citoplasma. El resultado es que los músculos del gusano se contraen y no pueden volver a relajarse, por eso la oruga al morir queda como la Tuta absoluta de la foto: encogida. Este mecanismo se descubrió estudiando el efecto tóxico del extracto de la planta sudamericana Ryania speciosa (la rianodina), aunque las diamidas utilizan un punto de unión distinto. Por eso a esta familia se la conoce como bloqueadores del canal de calcio. No sé a vosotros, pero a mí me parece un punto de acción muy, pero que muy específico… Así que el riesgo de generar resistencias es bastante alto.
Por eso, a riesgo de ser pesado y temiéndome que de poco servirá el esfuerzo, van tres consejos:
1.- Lo primero repito el de Aguilera: NO ALTERNAR FENOS Y ALTACOR.
2.- RESPETAR LA DOSIS POR HECTÁREA (100 gr/Ha para el Altacor y 200 gr/Ha para el Fenos) TENIENDO EN CUENTA EL GASTO DE CALDO. Así evitaremos problemas con el Orius y ahorraremos dinero (con venenos en vez de con bichos)
3.- Recordar que HAY MÁS PRODUCTOS COMPATIBLES CON AUXILIARES. El Bacillus thuriengensis y el Virus de la Poliedrosis Nuclear de Spodoptera exigua siguen siendo tan válidos como hace 3 años, siempre que se tenga en cuenta que hay que regular el pH del caldo a 6. Los aceleradores del proceso de muda, o sea, el RUNNER (metoxifenocida) y el MIMIC (tebufenocida), también siguen funcionando. Y, una vez esté el Orius bien instalado, hay que contar con el STEWARD (indoxacarb) que, además, nos ayuda con el Creontiades.
En la actualidad tenemos algo que no teníamos desde hace muchos años: un amplio abanico de herramientas químicas y biológicas para manejar la rosquilla verde en Control Integrado y, ademas, varios productos muy eficaces. Algo sabemos de resistencias en Almería, así que a ver si esta vez somos capaces de tener cabeza y no la jorobamos. Personalmente soy bastante pesimista –hay demasiados intereses económicos y un altísimo grado de inconsciencia en buena parte del sector–; pero en fin… por intentarlo que no quede.
Recordemos el concepto de resistencia cruzada, y como cuando se nos dijo que alternaramos las materias activas sin decirnos el orden, ni de cuantos días se componía un ciclo de tratamientos, y eliminando materias activas el resultado fue.......... más trips, más mosca... Recordemos que recientemente se nos dijo que para controlar la tuta había que comtemplar ciclos de 60 días. Vemos muchas publicaciones de investigadores, pero que no se acercan a estas cuestiones, ni se adelantan a decirnos cual es la eficacia real de cada producto. Los de a pie de campo no debemos inculparnos, solo decirles a esos que publican, viajan y cobran que se anticipen. Ejemplo la publicación de tuta que divulgáis, me sirve para mi práctica, cuando se establezca el problema me será útil, como se forzará a actuar. El problema a venir será tuta, cochinilla, querontiades....
ResponderEliminarEn mi opinión compañero Anónimo, en el caso de la Tuta se ha dado mucha información sobre como utilizar las materias activas que se registraron. De hecho los ciclos de 8 semanas (56 días), alternando las 4 materias activas que se recomendaron estaban basados en los ensayos de eficacia y el estudio del ciclo de vida de Tuta absoluta que se realizaron en Murcia.
ResponderEliminarOtra cosa es que en el campo la Tuta es mucha Tuta y sea muy dificil controlarla (aunque más de un agricultor y más de un técnico que conozco al principio se reían); que en muchos cultivos se hayan comenzado los tratamientos tarde (cuando la plaga estaba bien establecida, porque antes "pa' que?"); que se haya recomendado ciromazina a espuertas (a pesar de que no tiene efecto contra Tuta); que, cuando ya te comía la plaga, se hayan utilizado 5 o 6 pases de diamidas seguidos, incluso mezclando los productos (claro, después ya no matan igual); que sólo unos cuantos locos se hayan atrevido a hacer lucha integrada para complementar el control de Tuta; que se diga que las trampas de feromonas atraen a las hembras... ¿Todo eso es culpa de los investigadores?
Pero yo estaba hablando de pimiento y de Spodoptera exigua. El año pasado, un sólo pase con cualquier diamida acababa con la plaga y dejaba el invernadero 20 días sin gusano. Pero en muchísimos invernaderos se han dado 2 y 3 tratamientos seguidos alternando Altacor y Fenos, y además subiendo la dosis hasta el punto de acabar con el Orius ("pa' que vas a dejar el restillo en el fondo del bote") Incluso conozco agricultores que no gastaron otra cosa en todo el año y que incluso gastaban el producto sin tener gusano "por si acaso"... ¿Eso también es culpa de los investigadores?
Tienes razón, nuestra investigación pública es un desastre, y la privada es casi inexistente. Pero creo que, cuando hablamos de responsabilidades, cada palo tiene que aguantar su vela, compañero Anónimo.
Que buen post, ole y ole, compañeros sois unos bicharrancanos, ya de vuelta de los bristoles
ResponderEliminarHola. Podéis comentar algo sobre la utilización de Altacor por riego. Ya que he oído por varias fuentes que al aplicarlo de esta manera se obtienen resultados sorprendentes. Gracias.
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