Actividades

martes, 31 de julio de 2012

Phytophthora capsici--el tizón del pimiento

La observación esta campaña de algunos casos de fitóftora me retrotrae al final de los setenta cuando esta enfermedad era la más temida en el pimiento; no había mosca, no había trips, la única plaga era el gusano. El agricultor vivia pendiente de la fitótoftora en los dos primeros meses del cultivo. Recuerdo a mi padre obsesionado con el tiram, un riego si y otro no, un kilo de tiram para sus 4000 metros. Recien desinfectado con bromuro, no importaba, era su mayor preocupación. Ahora las cosas han cambiado pero la fitóftora puede aparecer en cualquier momento, por suerte no es una enfermedad endémica como en Motril, pero eso no quita que de vez en cuando aparezcan casos. Como todos los "hongos" de su grupo (los mildews) depende mucho del agua y es su mejor medio de dispersión. Aún recuerdo un caso donde después de una lluvía fuerte de otoño, la primera después del verano, apareció un ataque de esta enfermedad justo debajo de todas las ventanas por donde había entrado el agua. Es muy típico de este hongo, y del Pythium este comportamiento relacionado con los arrastres de la lluvia. Hoy en dia se utilizan productos como Terrazole, Ridomil  o Previcur, que son específicos de Oomycetes, cuando estos no existian nos conformabamos con tiram, permanganato potásico o cobre piedra en las balsas. También recuerdo aquél producto que sacó Bayer con un número que era muy bueno pero nunca llegó a utilizarse de forma masiva y jamás tuvo nombre, fue a principios de los ochenta. en fin, una batallita.
En la foto he puesto el cásico cuadro del libro de Nuez, Gil y Costa, la biblia pimentiística donde compara los síntomas de dos enfermedades y una fisiopatía, por suerte el Verticilium no se da mucho por aquí, las otras dos si son comunes.

lunes, 30 de julio de 2012

Novedades sobre los amonios cuaternarios

Pues parece que hay novedades en este tema de los amonios cuaternarios... La noticia es que el SCoFCAH -del inglés Standing Committee on the Food Chain and Animal Health- o lo que es lo mismo, el Comité permanente de la Cadena Alimentaria y Salud Animal ha hecho público el siguiente documento (ver aquí) por el que se fija PROVISIONALMENTE un LMR de 0,5 ppm para el DDAC (cloruro de didecil dimetil amonio), en vez del anterior límite de 0,01 ppm. ¿Qué es lo que ha pasado para que las autoridades europeas se echen atrás? Vamos a verlo paso a paso siguiendo el documento.
En la Unión Europea, los Compuestos de Amonios Cuaternarios (comúnmente conocidos como QAC, del inglés Quaternary Ammonium Compounds) están autorizados para su uso en planta ornamental y como biocidas para desinfección.  Debido a no utilizarse directamente sobre los cultivos no se esperaba la presencia de residuos sobre los productos agrícolas, por lo que se había fijado automáticamente un LMR de 0,01 ppm, que es el que se fija por defecto en la UE a cualquier sustancia que no esté autorizada. Vamos, que este LMR no fue escogido en base a los resultados de los estudios de seguridad alimentaria, sino automáticamente por un simple mecanismo burocrático.
El caso es que así estaban las cosas cuando comienzan a aparecer restos de DDAC en un montón de productos hortícolas. Los niveles más altos  (entre 1 y 4,3 ppm) se encontraron en hierbas en fresco (canónigos y otras lindezas semejantes que se agregan a las ensaladas) cultivadas precisamente en Alemania y que fueron tratadas con un fitofortificante -a este respecto es recomendable visitar la página web de SEAE (aquí) y la de la empresa CITREX (aquí)-. En la inmensa mayoría de las muestras en las que se encontró DDAC -el 94% según el documento- su aparición se debía a contaminaciones cruzadas bien por contacto del producto con superficies desinfectadas con amonios cuaternarios, bien por el empleo de estas sustancias para tratamiento de aguas de lavado o de riego.
¿Y ahora que hacemos?... Curiosamente el Instituto Alemán encargado de velar por la Salud de los alemanes, aseguro el 2 de julio que, asumiendo un nivel de 1 ppm para bananas, cítricos y hierbas y un nivel de 0,1 ppm para el resto de los productos alimenticios, no existía riesgo alguno para la salud de los consumidores. Holanda también se apresuró a establecer tolerancias similares, y poco después las autoridades comunitarias publican el documento al que me refería al inicio del post, en el cual se afirma que, aplicando el modelo de la EFSA -la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria- no hay ningún riesgo para la salud de los consumidores con niveles de DDAC inferiores a 0,5 ppm.
Y es que es absurdo prescindir de los amonios cuaternarios en la cadena alimenticia europea. Al fin y al cabo son los mejores desinfectantes que conocemos, y son usados masívamente en campos tan delicados como sanidad pública o la limpieza hospitalaria. Por una vez estoy de acuerdo con lo hecho desde Europa, ya que el documento insta a los estados miembros a investigar las posibles contaminaciones cruzadas debidas al uso de los amonios cuaternarios como biocidas en las instalaciones agroalimentarias. Los resultados de esta investigación habrán de presentarse antes de que termine febrero del 2013, y en base a los resultados de las mismas las Autoridades europeas decidirán cual debe ser el LMR definitivo del DDAC y del BAC (cloruro de bencil amonio), o sea, de los famosos amonios cuaternarios. Por una vez -y espero que sirva de precedente- la paranoia de unos cuantos interesados no ha acabado en una "alerta comercial". Pero lamentablemente no creo que sea la última historia semejante. Hay muchas moléculas y demasiados intereses en juego... ¡En fin! Paciencia para la próxima.
En cuanto a lo de los fitofortificantes con amonios cuaternarios no declarados no me cansaré de gritarlo: ¡PARA CUANDO UN REGISTRO OFICIAL QUE PONGA ORDEN EN ESTE DESASTRE!

domingo, 29 de julio de 2012

Cumpleaños feliz--Sueños

Ya que nadie felicita al blog, lo celebro yo. Autosuficiencia se llama eso. Pues si, tres tacos. No pensaba llegar tan lejos. 866 post, 9293 comentarios. Por los primeros, agradecimiento a los blogeros participantes. Por los segundos, agradecimiento al público asistente, trolecillos incluidos. Ya conocemos el pasado y es mejor de lo esperado, comenzo como un pasatiempos veraniego y hasta aquí llegamos. El futuro nos espera, o no.
Los videos hoy en homenaje a los primeros participantes, cada uno que se identifique si puede
Aquí la Dolores no hacia demasiados gorgoritos pero se estaba preparando.
Disfruta un vaso de vino, a este lado de la carretera

viernes, 27 de julio de 2012

Un muro de azufre

Es un poco hiperbólico el título. Pero creo que cuantas más barreras se utilicen contra la entrada de insectos en el invernadero, mejor. Cuando el azufre, ya hostil de por si, alcanza altas temperaturas y empieza a sublimarse es una barrera letal para cualquier organismo vivo que se acerque. Además es relativamente barato. La idea es que a ras de suelo no entre nada que pueda perjudicar el cultivo, por ejemplo cochinilla o araña. No se han hecho estudios sobre el impacto de esta barrera en la entrada de plagas, pero la lógica dice que evitará la entrada de estos rastreros bichos.

jueves, 26 de julio de 2012

LA SALINIDAD DE LOS ABONOS

Al consultar la influencia de los distintos abonos en el valor de la conductividad eléctrica de las soluciones nutritivas suelen encontrarse datos dispares dependiendo de la fuente consultada. Esto es debido a que dicho valor no es constante y depende de las características de la disolución en el momento de realizar las mediciones.

La conductividad es una propiedad que mide la facilidad con que los iones se mueven bajo la acción de un campo eléctrico. Debido a que algunos iones poseen carga múltiple, la cantidad de corriente que pueden transportar, para un tamaño iónico dado, es mayor. Así que, desde este punto de vista, el valor de la conductividad depende, por un lado del número de iones presentes, y por otro lado del número de cargas totales que tengan esos iones. La conductividad molar hace referencia a la conductividad aportada por un mol de un ion o molécula específica y la conductividad equivalente, como su propio nombre indica, es la conductividad aportada por un equivalente de dicha sustancia. Para iones con una sola carga el valor de las conductividades molares y equivalentes es el mismo y para los iones bivalentes la conductividad molar es el doble de la conductividad equivalente. La conductividad iónica equivalente a dilución infinita es un valor constante para cada ion y se determina matemáticamente a partir de principios y leyes que regulan los electrolitos.

Tabla nº 1
La tabla nº 1 muestra este valor para los iones que normalmente entran a formar parte de las soluciones nutritivas. Debido a la interacción entre los iones, la conductividad no es directamente proporcional a la concentración iónica. La conductividad equivalente de una sustancia disminuye a medida que aumenta la concentración. Por ejemplo, para el cloruro sódico, la conductividad equivalente a dilución infinita es de 0,1264 dS/m (0,0763+0,0501), pero para una concentración de 1 meq/L es de 0,1237 dS/m y para una concentración de 100 meq/L es de 0,1067 dS/m. Esto quiere decir que al multiplicar por 100 la concentración de cloruro sódico la conductividad no es 100 veces mayor (12,37 dS/m), sino solo de 10,67 dS/m (100x0,1067). Los valores de la conductividad específica a distintas concentraciones solo pueden ser obtenidos por medición directa en laboratorio y esta es la razón por la que pueden ser encontrados valores distintos según sea la fuente consultada.

Gráfica nº 1
Cuando en las disoluciones hay mezclas de iones provenientes de distintas sales las interacciones entre ellos son mucho mas complejas. En estos casos el uso de coeficientes empíricos para el cálculo de la conductividad de las soluciones nutritivas, aunque necesarios e imprescindibles, requieren de una cuidadosa elección respecto de la fiabilidad de la fuente. Como ejemplo se muestra en la gráfica nº 1 la relación entre la conductividad calculada, aplicando los valores de la conductividad equivalente mostrados en la tabla nº 1, y la conductividad medida en laboratorio para 11 aguas de riego de Almería.


Gráfica nº 2
Las referencias bibliográficas suelen presentar los datos de conductividad de los abonos en función de su concentración expresada en gramos por litro. La gráfica nº 2 muestra, en el eje de la izquierda, el valor medio de distintos datos encontrados en fuentes especializadas. Se
ha añadido, en el eje de la derecha, los valores de conductividad expresados en cantidad de sustancia (10 meq/L). Puede apreciarse que las diferencias de conductividad aportada por los distintos abonos no son tan distintas como aparentan ser cuando este valor se expresa en términos de conductividad equivalente. Un ejemplo típico es el cloruro sódico. De las sales mostradas es la de mayor aportación salina si se expresa la concentración en g/L, pero resulta ser menos salina que el nitrato potásico o el nitrato cálcico, entre otros, si su concentración se expresa en meq/L.


Tabla nº 2
Finalmente en la tabla nº 2 se muestra un resumen de los iones que componen los abonos de uso común con alguna de sus características y sus valores de conductividad molar y equivalente. El valor de la conductividad molar permite el cálculo de la conductividad de las soluciones nutritivas si se expresan las concentraciones en mmol/L. Siempre es aconsejable, para determinar la conductividad de la solución nutritiva en gotero, calcular la conductividad aportada por los fertilizantes y, a este valor, sumarle la conductividad medida del agua de riego. No debe de calcularse la conductividad del agua de riego. Como el agua de riego es tangible lo mejor es medir su conductividad.

Cuando en las soluciones nutritivas entrar a formar parte más de dos abonos pueden utilizarse coeficientes que simplifiquen el proceso del cálculo de la conductividad. Para ello existen distintos métodos. Particularmente es muy recomendable, por su sencillez y relativa exactitud, calcular la conductividad aportada por los fertilizantes sumando los meq/L de los cationes aportados, sin contabilizar los protones aportados por los ácidos, y dividir este valor entre 9. Al valor de la conductividad obtenido, que estará expresado en dS/m, se le suma la conductividad que se haya medido del agua de riego y se tendrá la conductividad total y final de la solución nutritiva en gotero.

miércoles, 25 de julio de 2012

Por tierras murcianas (3º parte) Viejos cultivos y nuevas herramientas.

Pero no solo de hortícolas vive la agricultura murciana y –ya que estaba por ahí– aproveché para visitar una espectacular explotación de 70 Ha de uva de mesa. A pesar de la antigua tradición en este cultivo, tanto la uva como los cítricos –también con gran tradición en mi provincia– representan actualmente un papel casi marginal en la agricultura almeriense. Sin embargo, la uva de mesa –cultivada en parrales de malla– es uno de los cultivos que más a progresado en los últimos años en la comunidad vecina y grandes empresas se han volcado en producir variedades apirenas –o sea, sin semillas–, en su mayor parte destinadas a la exportación. Es curioso como un cultivo puede ser rentable o marginal moviéndonos sólo unos cientos de kilómetros hacía el noreste; sinceramente creo que habría que analizar que hemos hecho mal para dejar que se nos hayan escapado tantos trenes hasta conseguir que gran parte de la agricultura almeriense no sea rentable… Pero en fin, la verdad es que –como podéis ver en la primera foto– a los que no estamos acostumbrados nos impresiona tal cantidad de superficie cubierta de pámpanos; y –quieras o no– a mí se me alegra el corazón de ver tanto verde fuera del plástico. A fin de cuentas mi desconocimiento de este cultivo es total y –más que para aprender cosas nuevas– aproveché esta visita para hacer “agroturismo”, que tampoco esta mal.
Claro que –por muy bucólico que me pareciera el paisaje– para los profesionales que dirigen estas explotaciones el día a día es tan difícil e intenso como lo es para mí la horticultura bajo plástico. Conseguir una buena producción es un trabajo arduo en el que hay que enfrentarse a numerosos enemigos (como podéis ver en este manual editado por la Consejería de Agricultura de Murcia) Si en cuanto a las enfermedades nuestros compañeros han de preocuparse –entre otros muchos problemas– por mildius y oidios específicos de la vid (Plasmopara vitícola y Uncinula necator), en cuanto a plagas –que también sufren unas pocas– la que más problemas les da en los últimos años es el melazo, que es como llaman en Murcia al conocido pseudocóccido Planococcus citri (la cochinilla algodonosa de los cítricos) y a otra especie muy cercana –de hecho indistinguible a simple vista– casi específica de vid y llamado Planococcus ficus (la cochinilla algodonosa de la vid)
Para unos ojos inexpertos en este cultivo (como los míos) en la finca que visité no había una sola cochinilla, pero los compañeros que me la enseñaron me avisaron de que estaba totalmente equivocado. Estos insectos pasan el invierno escondidos bajo la corteza y allí desarrollan durante la primavera las primeras colonias del año; por tanto a principios del verano hay que descortezar la planta para encontrar a estos cabroncetes. Como podéis ver en la tercera imagen al eliminar la corteza aparecen los insectos, aunque hay que aclarar que –según me dijeron– en este cultivo la población era relativamente baja. Será durante el verano cuando parte de la población de insectos que vive en la madera desarrolle colonias en las partes verdes, llegando a afectar a los racimos y dañar la producción. El control químico de los insectos bajo la corteza es muy difícil, y se ha ensayado el control biológico –con resultados alentadores– mediante la avispa parásita Anagyrus pseudococci. Pero a pesar de ello la situación es tan complicada que las autoridades autonómicas solicitaron el registro provisional del spirotetramat –el famoso Movento– para tratar de mejorar el control de la plaga.
La verdad es que paseando por los campos de Murcia te das cuenta de que –al igual que pasa en Almería– los pseudocóccidos van a ser una plaga importante en un futuro cercano… También en los pimientos cartageneros pude ver a estos insectos: a la derecha una hembra adulta de Phenacoccus solani en una finca de pimiento ecológico; a la izquierda un foco de Phenacoccus madeirensis, ya controlado un mes después de aplicar spirotetramat. Como la mayoría de los técnicos de Almería apenas tengo experiencia con esta nueva materia activa, así que prefiero no precipitarme en mis opiniones; pero lo que sí tengo claro es que no es prudente desestimar una nueva herramienta sin testarla bien. No me parece a mí que andemos tan sobrados de armas en esta guerra…

lunes, 23 de julio de 2012

Miedo al nitrógeno

 No entiendo el miedo al nitrógeno en las primeras fases del crecimiento de la planta de pimiento. Como muestra la foto la flor está casi por encima del tallo, y a no ser (que no creo) un problema de antigiberelínicos, va a se falta de nitrógeno y/o agua. Los nitratos son facil de lavar y si no tienen estiercol, cuando se reduce su aplicación la planta lo suele notar.
Un poco de nitrógeno al principio no viene mal de apoyo al enraizamiento. Cuando digo nitrógeno me refiero al nitráto amónico que tienen ambos tipos de nitrógeno de los que asimila la planta.
En caso de aplicación de estiercol también mejora la relación C/N en las primeras fases del cultivo.
A mi no me gusta ver las plantas como las de la foto.

domingo, 22 de julio de 2012

Richard C. Koo--Canción de amor

Hoy me salgo un poco del ámbito agrícola. En todas las grandes crisis aparece alguien con inteligencia de primer nivel que te explica la crisis y, mucho mejor, expone las soluciones. Andábamos haciendo cábalas  sobre los orígenes de la crisis en Europa y llegó un japones y nos lo explicó muy bien:
"Un examen detallado de los hechos muestra que la causa clave de las burbujas inmobiliarias en Irlanda y el sur de Europa fue la decisión del BCE de reducir los tipos de interés hasta el 2% para impulsar "la moribunda economía alemana"
Nadie había oido hasta entonces el nombre de nuestra enfermedad: Recesión de balance. Para curarla no sirven las grandes inyecciones de liquidez, y nucho menos las recetas de austeridad que se están aplicando.
Pero Alemania no quiere saber nada de esto y quiere aplicar las mismas recetas que ella aplicó, como se ha visto, equivocadamente.
Que Dios nos pille confesados y menos mal que los alemanes también comen.
Pero este tio se merece el Nobel de economía. Su artículo original.
Una canción con mucha historia y un pequeño homenaje a Uribarri.
Este video se grabó en Mallorca en el 77 y Manhatan Transfer se presenta con su formación original. Al año siguiente la voluptuosa Laurel Masse (la pelirroja) sufrió un grave accidente de tráfico que la tuvo postrada dos años. Fue sustituida por Cheryl Bentyne. Esta canción de Wayne Shanklin fue originalmente interpretada por Art and Dotty Tod que la hicieron entrar en el  Top Ten de USA, y cosa rarísima, a la vez por The Fontane Sister. Hay una pequeña referencia a esta canción en All you needs is love de los Beatles.
Ese verano del 77 en España la canción del verano fue Cuentame que te pasó, versión también de Manhatan Transfer de un clásico argentino "eso es el amor", de Pepe Iglesias.

sábado, 21 de julio de 2012

Aventuras de un luxómetro

En un par de post de la semana pasada ya habló Entomofílico de la luz y del blanqueo. Me fuí al campo con mi luxómetro, que solo mide la incidencia de la luz sobre una superficie, en este caso las hojas de los pimientos. Normalmente los blanqueos medios tienen medidas cerca del medio dia que podriamos calificar de normales 15000-20000 lux. Fue en los invernaderos muy blanqueados donde pobservé algunos problemas.
1-La iluminancia era muy dispareja porque al hacer un encalado espeso, las conchas de cal saltan facilmente con el viento y se veian rodales a 20000 lux y otros a 4000.
2-En el caso de invernaderos con pimientos de entrenudo corto se observan iluminancias de 4000-5000 lux a mediodia. Con esta luz en las plantas no hay fotosíntesis neta porque no se supoera el punto de compensación que a 30 grados se situa en unos 7000 lux. Esto quiere decir que estas plantas solo producen materia seca en la primera parte del dia y al final de la tarde cuando la temperatura es más baja, lo que conlleva también que el punto de compensación es también más bajo.
3-No me extraña que en algunas cirscunstancias de invernaderos muy blanqueados las plantas de la orilla, que reciben más luz, esten más grandes que las del centro, en contra de nuestro sentido común.
Un paseo muy didáctico.

jueves, 19 de julio de 2012

Por tierras murcianas (2º parte) Técnicas y tecnologías.

La verdad es que me viene al pelo las preguntas y comentarios que se han hecho los últimos días en el blog sobre nematodos y nematicidas ecológicos... En la primera imagen podéis ver el aspecto que tenía un cultivo de pimiento ecológico afectado por Meloidogyne que visite en el Campo de Cartagena. Como podéis ver la plantación estaba muy afectada, con amarilleo en las plantas y agallas en las raíces. El año pasado visité este mismo invernadero y no estaba ni mucho menos así (de hecho las fotos de Empoasca que publiqué hace un año -aquí- las tomé en este invernadero); pero es lo que ocurre cuando no se desinfecta y, tras varios años en ecológico, el asunto de los nematodos se ha complicado.
La solución por esas tierras parece estar en la biofumigación -o al menos eso me comentaron los agricultores con los que hablé-. En la segunda imagen podéis ver como uno de ellos preparaba su invernadero, aportando estiércol y labrándolo en una faena no precisamente agradable, así que mi amigo y yo lo "rescatamos" y almorzamos juntos. Durante el almuerzo (que es como llaman los murcianos al opiparo desayuno que a media mañana se meten entre pecho y espalda) el agricultor -que no es precisamente un taliban de lo ecológico- nos comentaba que, desde que prohibieron el bromuro, no había controlado bien los nematodos hasta que comenzo a biofumigar y a rotar cultivos. De hecho, aunque su finca es sólo control integrado convencional, realiza esta práctica periodicamente -parece ser que con bastante éxito-. También nos comentó que una manera de potenciar aún más el efecto de la  biofumigación es plantar brócoli y dejar que se pase y endurezca, para después labrarlo junto con el estiercol; aunque es necesario disponer de bastante tiempo y dejar que la tierra se oree bien, pues puede haber problemas de fitotoxicidad. Me pareció bastante lógico; a fin de cuentas las crucíferas producen muchos isocianatos, subtancias químicas muy parecidas al metil-isocianato que genera el metam-Na. El hecho de que agricultores de cultivo convencional adopten técnicas típicas del cultivo ecológico y defiendan su eficacia da que pensar. Recuerdo las palabras de un amigo que afirma con convicción que la llamada agricultura convencional y la llamada agricultura ecológica han de converger en algo que el llama "agricultura sostenible"; probablemente por ahí esté el camino...
Pero no solo vi en Murcia técnicas aún poco habituales por Almería. También pude ver el uso bastante masivo de nuevas tecnologías, porque eso es lo que son los difusores de feromonas de confusión sexual. Detrás del prosaico aspecto de las dos hebras de goma roja roja de la foto hay muchisima investigación en biotecnología, ingeniería química e ingeniería de materiales (algún día habrá que hablar más despacio de esto) El caso es que, desde hace algunos años se viene trabajando en el uso de feromonas de confusión sexual para controlar a Ostrinia nubinalis (el barrenador del maiz) uno de las peores plagas del pimiento en el Campo de Cartagena. Ya el año pasado la prensa hablaba de éxito (ver aquí) y este año parece que desde la Consejería de Agricultura de Murcía se ha impulsado esta técnica (ver aquí) En el congreso el amigo conquien40 me comentó que era una técnica muy cara y que en los dos últimos años había habido en general poca Ostrinia en el Campo de Cartagena; no tengo datos suficientes para hablar de la efectividad real, pero lo cierto es que llevo dos años viajando a Murcia sin conseguir una foto de daños u orugas de Ostrinia... Volviendo a mi tierra, este año se han utilizado en algunas fincas comerciales difusores de feromonas de confusión sexual contra Spodoptera exigua, dicen que con buenos resultados... A ver si tengo la oportunidad de probarlos, porque -aunque hoy por hoy controlar el gusano no es un problema ¡y qué sea por muchos años!- nunca se sabe cuando las materias activas actuales perderán su eficacia -algo que, más tarde o más temprano, siempre ha acabado pasando-.
Pero lo cierto es que siempre aparece algún bichejo dispuesto a dar problemas... En la última foto podéis ver dos defoliadores poco habituales que me encontré en los pimientos cartageneros que visité. A la izquierda una pequeña oruga de plúsido descendiendo por un hilo de seda, probablemente Chrysodeixis chalcites que, según me comento mi amigo, aparece bastante en los cultivos de pimiento en ecológico. A la derecha una de las babosas que habían agujereado las hojas de los pimientos en una de las fincas que visite. Las babosas son moluscos gasterópodos del orden pulmonata y aunque me los he encontrado en alguna finca, no suelen aparecer en los cultivos ni mucho menos ser un problema. De hecho, el agricultor no les había hecho ni caso y, según me decía, después de unas semanas dando la tabarra estaban desapareciendo ellas solas.

miércoles, 18 de julio de 2012

Espantaconejos

En algunos sitios cercanos al monte los conejos pueden ser un problema. Había por ahí un producto a base de picante que parece eficaz. Su problema deriva del hecho de ser relativamente caro y poco conocido. Los agricultores no paran de experimentar métodos con más o menos éxito que ayuden a controlar estas plagas sobrevenidas. Entre las cosas provadas están los cepos para lo cual hay que encontrar un cagarrutero y siempre que el conejo sea macho, encontrar la madriguera para utilizar lazos o hurones, utilizar pegamento de ratas, o esta manera sencilla y barata. La utilización de velones encendidos durante la noche en los sitios donde suelen entrar los conejos. Este de la foto dura tres dias. Había puestos tres en una pieza de 5000 m. Los vecinos se suelen mosquear si llegan muy temprano.

martes, 17 de julio de 2012

Mezclas de Movento 150 O-teq en Pimiento de Invernadero

 He recibido esta información que creo puede ser de interés:

"Durante las últimas semanas se han realizado varios ensayos para comprobar la fitocompatibilidad de diversas mezclas de Movento 150 O-teq en el cultivo de pimiento de invernadero.

También se han realizado diversas visitas y seguimiento de algunas aplicaciones comerciales del producto en diversas zonas y con el cultivo en diversos estadios de crecimiento.

En todos los casos se han realizado mezclas que han respetado las dosis registradas de los productos empleados.

Se ha realizado una correcta aplicación, respetando los volúmenes de caldo apropiados y la concentración del producto en el caldo de pulverización.

Es conveniente también acidificar el agua de pulverización.

En estas condiciones, las siguientes mezclas han sido selectivas del cultivo:

Fenos, Runner, Florbac, Affirm, Steward, Vertimec, Spintor, Aling, Bravo.

También hemos observado buena compatibilidad en tratamientos secuenciales (no mezcla) de Elosal GD y a los 3 días la aplicación de Movento 150 O-tec.

Por tanto y con las debidas precauciones, podemos comenzar a recomendar dichas mezclas.

Ruego realizar un seguimiento lo más exhaustivo posible a las aplicaciones que se realicen a partir de ahora y se pongan en contacto con Bayer Cropscience si se observa algún efecto o contraindicación respecto a alguna de estas recomendaciones.

Insistimos en la recomendación de no mezclar Movento 150 O-teq con otros productos no contemplados en esta lista y especialmente no debe mezclarse el producto con aceites, mojantes, jabones fosfóricos o potásicos, abonos foliares, productos con aminoácidos, fitofortificantes, productos a base de cobre ni con fungicidas azoles."

De todas maneras no olvidar los condicionantes del registro provisional de este producto.

lunes, 16 de julio de 2012

Por tierras murcianas (1ª parte) Pulgones, parásitos e hiperparásitos.

Todos los años por estas fechas suelo aprovechar para dar una vuelta por Murcia con un amigo que trabaja por allí; y siempre que voy aprendo algo y saco material para unos cuantos post... Así que, sin más dilación, empecemos con el primero.
Según me comentaban agricultores y técnicos, a últimos de junio (que es cuando estuve por esas tierras) ya está aflojando el pulgón en los cultivos del Campo de Cartagena. Sin embargo -como podéis ver en la primera foto- aún se podían ver en los pimientos colonias de Aphis gossypii, en especial de las cepas enanas que también han aparecido en Almería. En la mayoría de las colonias los Aphidius (aún se veían bastantes a pesar de la fecha) y un buen montón de depredadores (me harté de ver Scymnus, mariquitas de puntos y crisopas) habían dado buena cuenta de los áfidos. A pesar de que estuve visitando cultivos ecológicos, en los invernaderos no había tantas hormigas como en los de Almería y desde luego no vi en ningún momento a nuestra "amiga" Tapinoma nigerrimun, que prefiere suelos muy arenosos para hacer sus hormigueros. Sin embargo, debido a la cantidad de frutales que hay por esta zona, en la banda de un invernadero sí que me encontré una colonia de pulgón pastoreada por Lasius, otro género de hormigas -típicamente arborícola y especializado en pastorear pulgones- muy frecuente en cítricos (ver aquí) Pero salvo esta anécdota los pulgones "chicos" -Aphis gossypii y Myzus persicae- estaban muy bien controlados.
Otra cuestión son los pulgones "grandes" -Macrosiphum euphorbiae y Aulacorthum solani- que pueden controlarse más o menos bien en control integrado, pero que en los ecológicos murcianos dan mucha más guerra. Aunque aún había bastantes (incluso alguna colonia fuera de control) la verdad es que se mantenían a raya gracias a un parasitoide muy poco habitual en Almería: el afelínido Aphelinus abdominalis. Los parasitoides de pulgón más frecuentes en nuestros cultivos son los bracónidos afidiinos, una subfamilia especializada en parasitar pulgones a la que pertenecen -entre otros- los Aphidius y los Praon; pero A. abdominalis es de la familia Aphelinidae, un grupo de avispas totalmente diferente al que pertenecen otros parasitoides que utilizamos habitualmente en control integrado (como los Eretmocerus y las Encarsias) No pude fotografiar al adulto -una pequeña avispa de tonos negros de la que hay cientos de fotos en Internet-, pero encontré muchísimas momias negro-azuladas como las de las segunda imagen (típicas de este parasitoide) Repasando la bibliografía, ésta nos dice que Aphelinus abdominalis parasita Myzus, Aulacorthum y -sobre todo- Macrosiphum; además muestra características que lo convierten en un OCB muy interesante: Soporta mejor que los Aphidius las altas temperaturas y, a diferencia de éstos, las hembras muestran host-feeding (matan ninfas de pulgones con el ovipositor para alimentarse de sus jugos internos) y reparten las puestas a lo largo de toda su vida. Además muestra menos problemas de hiperparasitismo que los bracónidos afidiinos, cuyas poblaciones son diezmadas por los hiperparásitos durante el verano.
Pero que el hiperparasitismo sobre Aphelinus sea menos importante que sobre otros parásitos de pulgón no significa que no exista... Alrededor de las momias negro-azuladas de Aphelinus encontré a la pequeña avispa de la tercera imagen. A simple vista pensé que era un adulto del parasitoide; pero al agrandar la foto me surgieron serias dudas, así que me traje un montón de momias sin eclosionar a Almería. Unos días después salieron de ellas las avispas que podéis ver en detalle, cuyas alas -vistas al binocular- demuestran que sin duda NO son afelínidos, pues la nerviación de sus alas es muy diferente (ver aquí) Yo diría que se trata de alguna especie de la familia Pteromalidae (ver aquí) -que incluye muchos hiperparásitos en sus filas-, pero la verdad es que no estoy muy seguro... Lo que si está claro, viendo en detalle los bordes dentados e irregulares de las salidas de las momias, es que se trata de un hiperparasitoide. ¡Qué le vamos a hacer! Como he dicho en más de una ocasión en la naturaleza todos somos comida...

domingo, 15 de julio de 2012

Cambiamos--La buena y la mala (fea no hay)

No es costumbre hablar de nosotros pero hoy toca; Recortamos.
La revista es tan compleja de construir que hemos decidido cambiar su orientación para mejorar el dinamismo. Tenemos algunos artículos , creo que buenos, esperando la edición en un número de una revista que lleva encayada ya un año.
Por tanto, hemos decidido no andar por las ramas y editar cada artículo como un número de la revista.
Como el pesado trabajo de edición corresponde a una sola persona (entomofílico) al cambiar pretendemos que el hombre no se agobie y pueda en mucho menos tiempo editar una revista de 5-10 páginas muy manejera y monográfica, sin adornos.
Para nosoros la transmisión del conocimiento es importante, el formato no tanto. Por supuesto se podrá descargar de la misma manera que antes, y seguimos contando con la infinitud de los número naturales.

 La Mala Rodríguez y la yanki de ojos tristes.

viernes, 13 de julio de 2012

Siembra directa?

Ahora con el buen tiempo y para ahorrar costes se puede utilizar simbra directa. Pero al respecto voy a hacer algunas consideraciones.
-Principalmente se utiliza para judía, calabacín y pepino.
-Las casas de semillas no se hacen responsables de las marras de nascencia en la siembra directa, por la falta de uniformidad de las condiciones de germinación.
-Es mucho mejor utilizar para depositar la semilla un poco de turba que hacerlo sobre el suelo pelao.
-No se debe de regar durante la germinación, por tanto la tierra tiene que estar bastante húmeda cuando se siembra.
-Si la semilla es reacia a germinar (ocurre con algunas variedades) el suelo se llegará a secar y y habrá bastantes fallos (hay que saber si la variedad a utilizar se presta a la siembra directa.
-Si utilizamos una barrena tendremos más fallos que si ahoyamos.
-Los suelos "sucios" (no desnfectados) nos darán más problemas de hongos.
-El único estiercol que no quema seguro es el de lombriz.
-Es conveniente sembrar una pequeña remesa de semillas en bandejas con turba para cubrir las bajas.
-Mucho cuidado con caracoles, babosas, pájaros, conejos, y orugas en las plantas recien nacidas.
Y suerte.

miércoles, 11 de julio de 2012

Pimiento de Espelette--Ezpeletako biperra

Pimiento seco, muy ligeramente picante (lo que en la clasificación que yo uso se denomina "for sissys"). Tiene denominación de origen protegida y se cultiva en 10 municipios del Pais Vasco frances, agrupando a 128 productores. La variedad se llama Gorria y se siembra en esta comarca desde 1650. Es principalmente un pimiento de cuerda (la cuerda con unos 20 pimientos vale 11 euros, es caro) aunque se encuentra en polvo después de ser secado en horno a 60 º, y elaboran una salsa parecida al tabasco pero que pica muy poco. Celebran anualmente (último fin de semana de octubre) una fiesta alrededor del pimiento que atrae a 20000 personas. Cuando se entra en el pueblo se nota que vive del pimiento, todas las casas están decoradas con ristras de pimientos, como la de la foto.

martes, 10 de julio de 2012

Libro de cochinilllas

Nuevo libro de cochinilllas editado por la Universidad Politécnica de Valencia y Bayer Cropsciences. de Alexandre Beltrá y Antonia Soto.Muy bien ilustrado incluye 10 especies de cochinillas. Las que hemos visto por aquí en hortícolas y otras más.
100 páginas y 73 ilustraciones. Recomendable.

lunes, 9 de julio de 2012

Sales de amonio cuaternario

La información no es mia, transcribo la información que me manda un amigo:


Al parecer los resultados de los análisis de los últimos días realizados en Alemania muestran quese siguen encontrando restos de sales de amonio cuaternario en forma de cloruro de bezalconio (BAC) y Cloruro de didecil dimetil amonio (DDAC) en diversas muestras de fruta y verdura analizadas.
 Parece que pueden existir varios focos principales de donde pueden proceder estos resultados :
1. Productos fitosanitarios y productos para el fortalecimiento de plantas contaminados.
(Estos productos conllevan una contaminación de la propia mercancía por desconocimiento).
2. Empleo de productos desinfectantes y de limpieza que contienen QAC.
3. Restos de QAC en maquinaria.
IONES AMONIO NH4+
 Los iones amonio son un producto tóxico de desecho del metabolismo en los animales.
El amonio es tóxico para los humanos en altas concentraciones, y puede causar daños en las mucosas o quemaduras alcalinas.
 
SALES DE AMONIO

Son compuestos químicos resultantes de la substitución de los átomos de hidrógeno por radicales orgánicos.
Según el número de átomos de hidrógeno substituidos se obtienen sales primarias, secundarias, terciarias o cuaternarias.
  
USOS DE SALES DE AMONIO CUATERNARIAS
 Suelen ser biocidas, especialmente en la gama alta de pH.
Se usan para productos desinfectantes y de limpieza de utensilios y maquinaria.
Se utilizan también como tensioactivos, y solventes orgánicos.
Existen productos que tienen estos compuestos e incluso algunas los declaran como tales.
También pueden usarse como biocidas de productos que contienen materia orgánica.

La mayoría de empresas de fitosanitarios se han aprestado a certificar la ausencia de estas sales en sus productos.

domingo, 8 de julio de 2012

Gente importante--Verano para el que pueda

Ahora que don Pedro va a cumplir 94 tacos todavía trotando por el pirineo, no deja uno de pensar en que tantos papasfritas que abundan por doquier eclipsan la importancia de gente como esta. Una vida dedicada a estudiar los pastos pirenaicos. Y no solo la parte botánica sino además como mejorar su calidad y con ello la vida de los ganaderos de la zona. No se el futuro que depara a los pastores pirenaicos pero si se que gracias a personas como ésta, los fundamentos del manejo de los pastos están científicamente establecidos. No creo que esto interese a muchos pero su blibliografía pascícola está aquí. ¿Donde tenemos por aquí esos personajes?
Es otro sistema agroganadero muy distinto.
Visitando los pirineos franceses comprende uno porqué los vascos españoles son tan independentistas y los franceses no.


viernes, 6 de julio de 2012

Cultivando bajo invernadero en verano (2 de 2)

Acababa el post anterior afirmando que, con los invernaderos que tenemos en Almería y los medios tecnológicos instalados en ellos  es bastante difícil obtener una producción decente en pleno verano. A pesar de ello hay cada vez más agricultores que lo intentan, así que los técnicos no tenemos más remedio que estrujarnos el cerebro e intentar ayudarlos a conseguir su objetivo. Como siempre ocurre en este negocio no hay una solución fácil y estándar para todos los casos. Cada invernadero es distinto y habrá que ajustar todos los parámetros para cada caso, pero –en mi opinión– sí hay algunos conceptos generales que hay que tener muy claros; y de ellos voy a hablar en esta segunda parte del post. Gran parte de los datos que utilizaré están tomados del libro “Invernaderos de Plástico. Tecnología y Manejo” (a mi juicio un manual básico de fitotecnia en invernaderos que no debería faltar en la biblioteca de cualquier técnico de campo) escrito por N. Castilla –Investigador del CIFA de Granada– y que podéis hojear en GoggleBocks.
El primer aspecto que todo el mundo tiene en cuenta a la hora de cultivar en verano es el marco de plantación. Aumentar el número de plantas por unidad de superficie nos ayuda a mejorar la humedad relativa del cultivo; a fin de cuentas más área foliar significa más transpiración y, por tanto, más vapor de agua en el aire del invernadero. Por otra parte, el aumento de masa vegetal provocará directamente un descenso de la temperatura del invernadero; al fin y al cabo las plantas son en su mayor parte agua y calentar el agua consume mucha energía del aire. Pero, desde el punto de vista fotosintético, un aumento del área foliar NO siempre significa mayor eficiencia fotosintética –y, por tanto, una mayor producción– debido al sombreo entre plantas y hojas (ya hablé de ello hace meses aquí) La bibliografía nos dice que, aunque la radiación saturante para una hoja bien iluminada es mucho menor, en un dosel vegetal compacto –como es un cultivo hortícola a marcos demasiado estrechos– es necesaria una radiación de unos 1.000 W/m2 para saturar el sistema fotosintético de la planta. Esos valores son más o menos los que tenemos en pleno verano en el exterior; pero hay que tener en cuenta que es imprescindible blanquear, lo que restará gran parte de la luz al cultivo. También hay que considerar el aumento de los costes de plantación y de mano de obra que supone incrementar la densidad de plantas… Cada maestrillo tiene su librillo en estos temas, pero a mí no me gusta superar las 15.000 plantas/Ha en pepino –aunque hay quien llega a las 20.000– ni los 20.000 tallos/Ha en tomates gruesos y peras –los cherrys y baby-plums si funcionan bien a 30.000 tallos/Ha o incluso a más–.
Y ya que hemos empezado a hablar del blanqueo sigamos con este tema. Es evidente que estamos obligaos a blanquear –sí o sí– nuestro invernadero, pero… ¿De verdad nos sobra tanta luz como decimos? ¿Hasta dónde podemos blanquear sin que la falta de luz reste eficiencia fotosintética a nuestro cultivo? Como los ingenieros básicamente hacemos cuentas, para tratar de contestar a estas preguntas he hecho el cálculo –bastante grosero– que podéis ver en la primera imagen. Cualquier profesor de fitotecnia me quitaría el título si lo viera, pero sirve para hacernos una idea de nuestras limitaciones; porque los raspas y amagados de Almería transmiten la radiación solar bastante peor de lo que creemos. Las plantas C3 –como son nuestros cultivos– saturan su sistema fotosintético con un caudal cuántico de 400 μmol/m2s(1) durante 16 horas (o sea, con un fotoperiodo diario 16 horas de luz:8 de oscuridad), evidentemente en radiación fotosintéticamente activa o radiación PAR (del inglés Photosynthetically Active Radiation) así que multiplicando tendremos los fotones diarios necesarios para que nuestra planta vaya como un tiro. Como no es cuestión de estar contando fotones, pasemos este valor a una unidad más “manejera” como son los MJ/m2, aunque para eso hay que considerar el tipo de luz –que en nuestro caso será nuestro soleado cielo estival, asumiendo erróneamente que el plástico no filtra selectivamente la radiación–. Aunque no es exactamente lo mismo –ya que la clorofila apenas es sensible a la luz verde– asimilemos la radiación PAR a la luz visible –que es aproximadamente el 45% de la luz solar– y obtendremos un valor saturante de 11,2 MJ/m2día. Esto es menos de la mitad de la luz que tenemos en cualquier día de verano en el exterior de nuestro invernadero, donde se alcanzan fácilmente los 25 MJ/m2día. El problema surge cuando tenemos en cuenta las pérdidas de radiación debidas a la geometría del invernadero, la trasmisividad del plástico y el blanqueo aplicado a la cubierta (los valores de reducción de la radiación en función del blanqueo los he tomado de la página web del PrHo, el modelo de riego elaborado por la E.E. Las Palmerillas) Teniendo en cuenta estas pérdidas –y considerando que en todos los cálculos hemos tomado la opción más favorable– encalados superiores a 10 sacos por 1000 litros (con un gasto de 1000 L por Ha) comienzan a ser limitantes en cuanto a la radiación PAR disponible para la planta, lo que puede ser un problema cuando hablamos de cultivos en plena producción. Evidentemente, tenemos que blanquear nuestros invernaderos para producir en verano, pero debemos de trabajar con el mínimo blanqueo que nos sea posible.
Con la capacidad de blanquear limitada no nos queda otra que buscar otras opciones para refrigerar nuestro cultivo. La nebulización es una buena opción al principio del cultivo, cuando el escaso desarrollo vegetal de las plantas hace que tengamos una humedad muy baja, pero con un cultivo desarrollado solo funciona bien en invernaderos con mucha ventilación. Y es que, aunque a veces puede ser positivo limitar la ventilación cuando nebulizas en un cultivo joven que aún no ha alcanzado el emparrillado, es un error muy grave hacerlo en cultivos ya desarrollados y en producción. Se trata más de enfriar el aire que de aumentar su humedad relativa –por algo esta técnica se llama “refrigeración evaporativa”–. El aumento de la humedad relativa viene derivado más de la reducción de la temperatura del aire (al consumirse parte de su calor en el cambio de fase del agua líquida que aportamos) que del aumento de la cantidad de vapor de agua. Y está claro que un aire con menos humedad provocará más evaporación –y mayor descenso de temperatura– aunque su temperatura sea menor; por eso a mi amigo Gabriel –un monstruo en esto de los nebulizadores– le gusta tanto el viento. Si no conseguimos, mediante una buena ventilación, que el agua líquida que aportamos con los nebulizadores se transforme en vapor de agua acabaremos mojando el cultivo, y cerca de 30ºC no tardarán en aparecer los problemas fúngicos, aunque estemos en pleno verano.
El problema con la ventilación es que nuestros invernaderos a dos aguas no ventilan precisamente bien –especialmente en ausencia de viento– incluso cuando tienen ventanas abatibles. En invernaderos multicapilla se recomienda tener al menos un 25% de superficie de ventilación cenital, y en Almería apenas alcanzamos el 15% en la mayoría de las estructuras; y eso con ventanas enrollables, que son mucho menos eficaces. Nuestras bandas bajan desde arriba, con lo que la mayor parte de la ventilación se realiza por encima del cultivo –algo muy positivo en invierno, pero que es una pesadilla en verano–. Además, la alta presión de plagas nos obliga a colocar mallas anti-trips, que limitan la ventilación hasta en un 75%. El viento mejora algo la situación, pero también estamos muy limitados, sobre todo en invernaderos muy anchos; no en vano se recomienda una distancia entre invernaderos multicapilla de más de 100 metros de ancho de al menos ¡120 metros entre invernaderos! para que la ventilación por viento sea realmente eficaz a altas temperaturas. Vamos, que los invernaderos tradicionales a dos aguas de Almería ventilan muy mal en verano. Si encima elegimos para cultivar nuestra estructura más baja (para tener más humedad) ya sí que hemos metido la pata del todo, porque hemos disminuido el “efecto chimenea”, que es lo único que nos puede salvar… En este sentido, me gustaría señalar que el parral monocapilla murciano –el invernadero sin pasillos que tanta gracia hace a algunos de mis paisanos– es un excelente invernadero para cultivar con temperaturas altas porque –a pesar de su sencillez y aspecto “cutre”– ventila infinitamente mejor que nuestros parrales por efecto térmico. La semana pasada estábamos cerca de 40ºC en la zona de Torrepacheco –donde tome las fotos de la tercera imagen– y se estaba mucho mejor dentro de los invernaderos que en la calle. Además las plantas de pimiento estaban que se salían, sin síntomas de marchitez.
Al final, si queremos que la temperatura sea más o menos decente en nuestro cultivo de verano –o sea, que no pasemos de los 30ºC– y queremos tener una buena producción –o sea, una fotosíntesis eficiente que nos dé una alta acumulación de carbohidratos–, tendremos que basar el control de la temperatura en la ventilación, ayudándola con un blanqueo lo más ligero posible. Para mantener una humedad relativa decente (que baje lo menos posible del 70%) podremos ayudarnos de la nebulización al inicio del cultivo, pero tendrá que ser la transpiración de la propia planta la que mantenga esos niveles de humedad –como decía también el amigo Gabriel: “¡Qué la planta trabaje!”–. Si en invierno a veces estamos demasiado centrados en aumentar la temperatura y cometemos el error de olvidar los excesos de humedad relativa, en verano podemos cometer el error inverso: centrarnos en aumentar la humedad relativa y olvidarnos de bajar la temperatura, que es lo importante. En la cuarta imagen podéis ver los valores de humedad relativa que corresponden a un déficit de saturación de 6 gr H2O/Kg aire –un valor más o menos bueno para que transpiren bien los cultivos que trabajamos– a 27 y 32ºC (o sea, temperaturas ligeramente inferiores y superiores a 30ºC) En esa horquilla de 5ºC la planta debe subir la humedad relativa del aire un 10% para mantener el déficit de saturación; parece poca cosa, pero haciendo las cuentas eso le supone transpirar 8 gr H2O/Kg aire. Si hacemos la misma cuenta para 22 y 27ºC nuestra planta tiene que transpirar solo 6 gr H2O/Kg aire; o sea, un 25% menos. A temperaturas altas cada grado centígrado cuenta, pues supone un importante incremento de la transpiración que tiene que realizar la planta para mantener su entorno en condiciones adecuadas.
Es evidente que integrar todos estos parámetros (marco de plantación, sombreo, altura del invernadero, nebulización y ventilación) es difícil –yo diría casi imposible de hacer– si no disponemos de invernaderos automatizados con controlador de clima. Evidentemente hay excelentes agricultores que consiguen resultados bastante buenos con menos medios, y fincas muy tecnificadas con cultivos desastrosos por una mala gestión… Desde mi experiencia –los agricultores de mi empresa comenzaron hace ya 3 años con plantaciones de este tipo–, al menos es imprescindible tener un invernadero bastante alto y ventilación cenital automatizada para enfrentarse a lo más duro del verano almeriense con ciertas garantías de éxito. Eso sí, cuando se tiene algo de experiencia y el clima exterior nos acompaña un poco, pueden conseguirse cultivos muy buenos, siempre que se consiga alcanzar el punto de equilibrio donde el clima del invernadero no está demasiado lejos del ideal. En la quinta imagen podéis ver la gráfica de clima durante las últimas tres semanas de uno de los invernaderos de una enorme y espectacular finca ejidense que tengo la suerte de visitar. En este periodo, que coincide con el cuajado de algunos cultivos y la recolección de otros, se ha conseguido que las temperaturas apenas suban de los 30ºC y la humedad relativa se mantenga siempre por encima del 70%, todo ello combinado con un invernadero alto y ventilado y un blanqueo apropiado. El resultado en los cultivos salta a la vista; pero el verano es muy largo y muy duro, así que aún queda mucho trabajo por hacer… Cualquier fallo de riego, una nube de verano que limpie algo de blanqueo o una semana de levante fuerte  pueden dar al traste con todo el trabajo realizado.
En mi opinión, o mucho cambian nuestras estructuras o nunca será fácil cultivar durante el verano almeriense… Demasiado esfuerzo y demasiada inversión para los pobres resultados económicos que suelen dar estos cultivos. Pero en fin; la esperanza es lo último que se pierde.

(1) El caudal cuántico indica el número de fotones fotosintéticamente activos (o sea, con la longitud de onda adecuada para ser absorbidos por la clorofila) que impacta en una hoja por unidad de superficie (m2) y tiempo (s) Como el número de fotones es enorme se utiliza el concepto de mol de fotones, que –como vimos aquí– no es otra cosa que 6,022 x 1023 fotones (o sea, el famoso Número de Avogadro)

lunes, 2 de julio de 2012

Cultivando bajo invernadero en verano (1 de 2)

La horticultura intensiva de Almería está basada en los cultivos a contra-estación; es decir, plantamos en verano para producir en invierno –justo al contrario del ciclo natural de las hortícolas–. En eso se ha basado nuestra fortaleza durante décadas, pues durante años fuimos prácticamente el único punto de la Europa continental capaz de producir en invierno y abastecer –con un tiempo de trasporte razonable– los grandes mercados europeos. Toda nuestra estructura productiva y nuestro conocimiento de las plantas están enfocados a cultivar en invierno, luchando a brazo partido con el frio. Sin embargo, –empujados por la crisis y espoleados por nuestros clientes– en los últimos años hemos comenzado a hacer plantaciones a finales de primavera para producir en nuestros invernaderos durante el verano. Pero… ¿sabemos en profundidad que ocurre cuando los cultivos crecen y fructifican a temperaturas muy altas?
Antes de meternos en el meollo de la cuestión es necesario hablar de nutrición vegetal, pero haciéndolo en el sentido amplio del término. En la primera imagen podéis ver la composición química de una planta herbácea –que es lo que son las hortícolas que producimos en nuestros invernaderos–. Como todos los seres vivos son en su mayor parte agua, concretamente un 85%. El 15% restante –lo que se conoce como materia secaestá formado en un 96% por hidrógeno, carbono y oxígeno, que la planta obtiene del aire y del agua. El 4% restante de la materia seca (menos de un 1% del peso total de la planta) corresponde a lo que llamamos macronutrientes y micronutrientes. Viendo las cosas desde una perspectiva global y teniendo en cuenta las funciones de cada elemento químico en el vegetal (que están resumidas en la última columna), nuestra planta es básicamente una “estructura” repleta de agua. Esa “estructura” está “construida” a base de carbohidratos y otras moléculas orgánicas –compuestas por hidrógeno, carbono y oxígeno– que la planta sintetiza a partir del agua y del CO2 del aire mediante la fotosíntesis y el resto de los procesos metabólicos. Pero para “fabricar”  y “ensamblar” estas moléculas necesita “herramientas” –enzimas– y “piezas de ensamble” –proteínas y lípidos estructurales– que no puede “fabricar” ni hacer que “funcionen” correctamente sin los macronutrientes –nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre–. Además necesita una serie de “herramientas muy especializadas” – las enzimas específicas– que no puede “fabricar”  ni hacer que funcionen sin los micronutrientes –cloro, hierro, boro, manganeso, zinc, cobre, molibdeno y níquel–. Cuando hablamos de nutrición centramos nuestra atención en el abonado –aunque sea una ínfima parte de la composición de la planta– porque normalmente el factor más limitante es la disponibilidad de macronutrientes y micronutrientes en el suelo, pues muchos escasean en los suelos agrícolas. Por el contrario, normalmente el agua (cuando trabajamos en regadío) y el CO2 del aire son abundantes y nuestra planta puede en principio fotosintetizar todos los carbohidratos que desee, así que no solemos preocupamos demasiado de estos temas. Pero en realidad el éxito productivo de un cultivo depende de la cantidad de carbohidratos que pueda acumular la planta y –sobre todo en las hortícolas de fruto– de que la planta destine la mayoría de esos carbohidratos al órgano vegetal que nos interesa comercialmente –en nuestro caso el fruto–.
La acumulación de carbohidratos en una planta no solo dependerá de la actividad fotosintética; también influirá –y mucho– la respiración, pues parte de los carbohidratos sintetizados en la fotosíntesis –durante el día– serán consumidos por la respiración de las células vegetales –tanto durante el día como durante la noche–. Los factores que afectan a fotosíntesis y respiración son distintos (la fotosíntesis depende también de la luz y de la disponibilidad de CO2), pero ambos procesos dependen –y mucho– de la temperatura, aunque su comportamiento es muy distinto. En la segunda imagen podéis ver una representación gráfica de como varían los carbohidratos sintetizados –mediante fotosíntesis– y consumidos –por respiración– con la temperatura, suponiendo que tenemos luz suficiente para hacer que el sistema fotosintético de la planta trabaje a pleno rendimiento. Fijándose en la curva roja de la gráfica, podéis ver que la respiración aumenta siempre con la temperatura hasta que, a unos 50ºC, se degradan las enzimas respiratorias. En cambio, el comportamiento de la fotosíntesis frente a la temperatura muestra dos zonas bien definidas: TEÓRICAMENTE hasta algo más de los 35ºC la temperatura activa el proceso fotosintético, pero temperaturas más altas comienzan a inhibirlo –aunque aún estemos lejos de la temperatura a la que se degradan las enzimas–; y he destacado la palabra “teóricamente”, porque en condiciones de alta iluminación la actividad fotosintética en realidad está limitada por la disponibilidad de CO2(1)­–que a fin de cuentas es la “materia prima” de todo el proceso de formación de carbohidratos–. Como podéis ver en la imagen –fijándose en la curva verde oscura– la actividad fotosintética con la concentración de CO2 que hay en la atmósfera (entre 350 y 400 ppm) alcanza su máximo a unos 30ºC –aunque la curva es prácticamente plana entre 25 y 35ºC–; pero si tenemos en cuenta los carbohidratos consumidos por la respiración –que aumenta mucho su actividad en esa horquilla de temperaturas– la máxima acumulación de carbohidratos se produce aproximadamente a 25ºC, temperatura considera óptima para el desarrollo de casi todas las hortícolas. A temperaturas más altas –como las que solemos tener en nuestros invernaderos en verano– no solo bajan los carbohidratos que nuestra planta es capaz de sintetizar, sino que se consumirán muchos más con la respiración durante el día; además el consumo nocturno de carbohidratos por respiración es también enorme, debido a las altas temperaturas nocturnas. En condiciones de temperaturas superiores a los 30ºC diurnos y a los 20ºC nocturnos es fácil que la acumulación de carbohidratos sea insuficiente para abastecer el gran número de frutos que la planta está tratando de cuajar y engordar en un tiempo record… Resultado: abortos de frutos y/o falta de calibre; o sea: pérdida de producción.
La ineficiencia del sistema fotosintético de nuestros cultivos a altas temperaturas es inevitable, pues es consecuencia de la propia naturaleza de las enzimas implicadas y del comportamiento físico de los gases disueltos en agua a altas temperaturas. La enzima más abundante de la tierra –como ha comentado alguna vez Aguilera– que inicia la fase oscura de la fotosíntesis, y más concretamente, el famoso Ciclo de Calvin –gracias al cual el CO2 atmosférico se transforma en carbohidratos– recibe el pomposo nombre de ribulosa-1,5-bisfosfato carboxilasa oxigenasa, pero se la conoce normalmente por el acrónimo RuBisCO. En el mismo nombre de la enzima está la clave del asunto, pues –como podéis ver en la tercera imagen– la RuBisCO tiene dos caras. Por un lado muestra actividad carboxilaxa en el Ciclo de Calvin –fijando CO2 como carbono orgánico–, pero también muestra actividad oxidasa en la fotorespiración –un proceso metabólico por el que la cuarta parte del carbono orgánico fijado en los cloroplastos se oxida a CO2 y que se dispara cuando la concentración de oxígeno gaseoso (O2) en los cloroplastos es alta–. Recordemos que todas estas reacciones se dan en disolución acuosa –no en vano las plantas son agua en un 85%– y que tanto las moléculas de CO2 como las de O2 que intervienen en estos procesos han de estar disueltas en el agua de las células; pues bien, al contrario que los sólidos, los gases son menos solubles en agua conforme aumenta la temperatura y –como podéis ver en la tercera imagen– el descenso de solubilidad es mucho mayor en el caso del CO2. El resultado es que a temperaturas altas el equilibrio entre ambos gases se desplaza hacía el O2 y la actividad oxidasa de la RuBisCO –y por tanto la fotorespiración– aumenta. Pero estas condiciones pueden agravarse aún más si añadimos la humedad relativa a la ecuación… Si la combinación de altas temperaturas y bajas humedades relativas provoca que nuestra planta cierre sus estomas y deje de transpirar ocurrirán dos cosas: 1) La hoja dejará de refrigerarse y la temperatura de los tejidos vegetales –que es la que en realidad importa en estos procesos– comenzará a subir exponencialmente y 2) el CO2 del aire no podrá entrar en las hojas por los estomas y difundirse a través del agua de las células hasta los cloroplastos. Con los estomas cerrados la actividad de la RuBisCO es puramente oxidasa, así que la fotosíntesis se detiene y se dispara la fotorespiración; o sea, no solo no producimos carbohidratos sino que a las pérdidas por respiración hay que sumar nuevas pérdidas por fotorespiración. Vamos, un desastre absoluto para el balance de carbohidratos de nuestra planta…
Hay que aclarar que lo expuesto es cierto para la mayoría de las plantas, pero no para todas. El sistema fotosintético de casi todas las plantas que se han estudiado –entre ellas todos los cultivos que trabajamos en Almería– se ajusta a un modelo que los botánicos llaman metabolismo C3 y que es poco eficiente a altas temperaturas debido al aumento de la fotorespiración con altas concentraciones de oxígeno gaseoso. Algunas especies de climas tropicales han desarrollado una ruta metabólica diferente para captar el CO2 atmosférico que sigue siendo eficiente con altas concentraciones de oxígeno –y por tanto a altas temperaturas–; son las llamadas plantas de metabolismo C4, entre las que se encuentran cultivos como el maíz o la caña de azúcar. Unas pocas plantas de zonas muy áridas han desarrollado otra ruta metabólica capaz de fijar CO2 en ausencia de luz, lo que les permite mantener los estomas cerrados durante el día –evitando la pérdida de agua por transpiración– y abrirlos solo durante la noche –para fijar CO2–; son las llamadas plantas de metabolismo CAM, entre las que se encuentra la piña tropical. Pero –como dije más arriba– nuestros cultivos tienen metabolismo C3, así que nuestro objetivo al cultivar en verano ha de ser mantener nuestro invernadero el mayor tiempo posible a una temperatura inferior a 30ºC y una humedad relativa que permita la transpiración de la planta, lo que mantendrá los estomas abiertos y la hoja refrigerada, todo ello con la máxima luz disponible para las plantas. Evidentemente –como podéis ver en la cuarta imagen– hay diferencias en cuanto a las temperaturas óptimas entre distintos cultivos e incluso entre distintas variedades. Además no solo de fotosíntesis vive el horticultor, otros procesos fundamentales como la floración y el engorde de frutos pueden requerir temperaturas ligeramente diferentes y en ocasiones algo más bajas… Las exigencias en humedad relativa de los cultivos son también diferentes, pues cada especie requiere déficits de saturación ligeramente distintos para transpirar eficientemente.
Con los medios tecnológicos disponibles y el diseño de los invernaderos de Almería mantener un cultivo en unas condiciones de temperatura y humedad relativa más o menos adecuadas para su supervivencia es relativamente fácil. Pero cuando hablamos de producir kilos –o sea, de mantener altas tasas de acumulación de carbohidratos– la cosa se pone más complicada y si el año viene difícil –con muchos días de vientos secos y cálidos– hay que hacer encaje de bolillos para medio escapar… Pero eso lo dejaremos para el próximo post.
(1) El gráfico también aclara el “secreto” de las espectaculares producciones obtenidas por los invernaderos tecnificados de zonas frías (como Holanda, USA, Canadá o el altiplano mexicano) Además de un intenso control climático –que mantiene a las plantas en las óptimas condiciones de temperatura y humedad relativa–, el truco está en conseguir una concentración superior a 700 ppm de CO2 en el invernadero. Con este aporte extra de CO2 la fotosíntesis se mueve en la curva de color verde claro, y a temperaturas cercanas a los 30ºC casi se duplican los carbohidratos fotosintetizados y, por consiguiente, aumenta muchísimo la producción. El único factor limitante en estos invernaderos tecnificados de climas fríos son las horas de luz, lo que explica la obsesión holandesa con este parámetro y las altísimas inversiones asumidas en el norte de Europa para la colocación de sistemas de luz artificial. Vamos, que en cuanto a la cuestión fotosintética a sus plantas les falta “energía” y les sobra “materia prima”… justo al contrario que a las nuestras, que muchas veces acaban desperdiciando la luz por falta de CO2.
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