Aprovechando la presentación del libro "Sierra de Gádor: Patrimonio natural e infraestructura verde de Almería", coincidimos Entomofílico, Viñalarga y yo en un conocido pub de Dalías. Bueno lo de coincidir es una licencia porque realmente fuimos juntos. Y allí con un "gintonic" en la mano nos pusimos poéticos. Abundaba Entomofílico en la importancia de las faenas en nuestra agricultura. Echando mano de una célebre teoría fisiológica destacaba la necesidad de controlar los crecimientos improductivos de las plantas. Por ejemplo una vara sin pimientos en todo su recorrido. Osea, hay que destallar para evitar ese crecimiento vano y mantener una presión adecuada sobre la producción de tallos para forzar una arquitectura de la planta suficientemente correcta. La teoría, antes citada, es la de la distribución de los metabolitos en la planta desde una fuente productiva (principalmente hojas) y un sumidero (principalmente los frutos), muy claramente establecida en el mundo científico.
Pero, Viñalarga siempre tiene un pero, la ley de los rendimientos decrecientes nos guia por un camino mucho menos animosos. Pudiera ser que el trabajo requerido para ese control arquitectónico de la planta nos haga incurrir en costos marginales con beneficio marginal negativo. Y como el otro, también tenía razón.
Conclusión, bajo los efectos de unos "gintonics": Puede que el fervor por aumentar el número de kilos por metro, aunque en principio se supone bueno, no sea tan beneficioso para la economía de la explotación y hay que poner "siempre" un ojo en el capítulo de gastos, y en este caso concreto, de costo y benefício mmarginales.
Que la fisiología vegetal y las teorías microeconómicas nos guien.
Desentierro un clásico muy mal tratado por las recopilaciones de música de los años ochenta y que siempre mereció mejor suerte porque está claramente infravalorado.
Pero, Viñalarga siempre tiene un pero, la ley de los rendimientos decrecientes nos guia por un camino mucho menos animosos. Pudiera ser que el trabajo requerido para ese control arquitectónico de la planta nos haga incurrir en costos marginales con beneficio marginal negativo. Y como el otro, también tenía razón.
Conclusión, bajo los efectos de unos "gintonics": Puede que el fervor por aumentar el número de kilos por metro, aunque en principio se supone bueno, no sea tan beneficioso para la economía de la explotación y hay que poner "siempre" un ojo en el capítulo de gastos, y en este caso concreto, de costo y benefício mmarginales.
Que la fisiología vegetal y las teorías microeconómicas nos guien.
Desentierro un clásico muy mal tratado por las recopilaciones de música de los años ochenta y que siempre mereció mejor suerte porque está claramente infravalorado.