Actividades

lunes, 29 de septiembre de 2014

Misterios tomateros con el calcio y la "peseta" (1 de 2)

Tan animada fue la discusión en los comentarios del post referente al calcio y la "peseta" -que hace dos sábados publicó Aguilera- (ver aquí), que me he animado a rescatar del archivo un par de casos que el compañero Errekerre tenía muy bien documentados. A estas alturas no será ningún secreto para los lectores del blog que Errekerre y yo caminamos principalmente por la zona de Tierras de Almería, así que no estamos hablando de aguas con conductividad alta y cloros y sodios por las nubes; los casos que voy a comentar han ocurrido utilizando aguas de riego con una conductividad eléctrica de apenas 1 dS/m, y con unos niveles de cloro y sodio muy discretos; vamos, con un agua de riego que envidiarían la inmensa mayoría de los agricultores de esta bendita piel de toro.
Empecemos con unas fotos del primer caso, que sin duda provocarían una animada y larga conversación en cualquier bar de Roquetas, Vicar, o cualquier otro pueblo eminentemente tomatero. Las fotos son de una plantación de tomate de ramo injertado -creo recordar que Ramile- situada a pocos centenares de metros del famoso bar de la güarra, y están tomadas a mediados de octubre del 2012. Muestran una planta excesivamente fuerte -que no termina de abrir bien las flores y que tiene el cogollo completamente rizado- en la que han comenzado a aparecer amarilleos y marchiteces en los extremos de las hojas apicales. A buen seguro, en esa hipotética charla de bar se expondrían todo tipo de especulaciones y se propondrían gran número de tratamientos "milagrosos" para corregir el problema, y muy probablemente el diagnóstico que he colocado sobre las imagenes -en letras bien grandes- sería calificado por muchos como "tonterias de perito"... Afortunadamente, ni a Errekerre ni a mí nos gusta especular, así que en su día analizamos la planta y el suelo, y a la luz de los resultados de los análisis, nuestro diagnóstico es -como podréis comprobar si seguis leyendo- inapelable.
A la derecha podéis ver el análisis foliar de la planta (si hacéis click sobre la imagen y/o la descargáis se leerá perfectamente) Si nos fijamos en los macroelementos, el nitrógeno, el fósforo y el potasio están en niveles correctos, si bien es cierto que el nitrógeno está cerca del límite superior y el potasio cerca del límite inferior, hecho que convendrá recordar más adelante. Los problemas surgen con el calcio (1,81%), que está bastante por debajo del límite inferior (2,5-5%), y el magnesio (0,73%), que está bastante por encima del limite superior (0,4-0,6%); de ahí mi rotunda afirmación de que los síntomas de las fotos son daños por carencia de calcio[1]. En los microelementos no hay nada que destacar; todos están en niveles aceptables, si tenemos en cuenta que la barbaridad de cobre que aparece proviene de aplicaciones foliares con sales de cobre, realizadas por el agricultor para frenar la planta -sin mucho éxito, todo hay que decirlo- y que los niveles de sodio esperables en un tomate bien nutrido han de ser menores de 1800 ppm.
El agricultor -convencido de que el nitrato de calcio lanzaría a sus tomates hasta el infinito y más allá- no había aplicado ni un solo gramo de este abono al cultivo, y había basado su abonado en aquella vieja cantinela de "A los tomates... ¡buenos viajes de potasa!" que tantas veces oí en mis ya lejanos tiempos de perito por tierras de Vicar; y esto se reflejaba perfectamente en el análisis de suelo que podéis ver a la derecha. Pero vayamos por partes; texturalmente el suelo es muy bueno, con una textura franco-arenosa -que no es simplemente franca por un pelín- y un nivel de materia orgánica excelente para lo que solemos ver en El Ejido (4,78%), lo cual le da un CIC de 13,37 meq/100 gr -bajo, pero mucho mayor de lo que habitualmente me encuentro-. Lo dicho, un suelo muy decente al que se estaba machacando con aplicaciones masivas de sulfato potásico, cloruro potásico y nitrato potásico, como puede verse en el extracto saturado: ¡25,32 mmol/L de potasio! -tres veces y media lo máximo que yo recomendaría-, si a eso sumamos la cantidad desproporcionada de sulfatos (12,85 mmol/L) y cloruros (29,41 mmol/L) podemos estar bien seguros de que los "viajes de potasa" habían sido salvajes. Este desbarajuste había llevado la conductividad eléctrica del suelo a unos escalofriantes niveles de 6,52 dS/m a base de meter abono, lo cual -bien mirado- tiene mérito partiendo de un agua de 1. Respecto a los demás nutrientes, el nitrato se mantenía en unos correctos 6,19 mmol/L -a fin de cuentas, se estaba aportando nitrato potásico-, el magnesio andaba donde suele estar y el calcio estaba medio desaparecido en combate con unos pobres 4 mmol/L -debería andar cerca de los 10, con un valor que doblara el del magnesio-. Además, pensando a largo plazo, toda esta tormenta potásica estaba afectando al complejo de intercambio catiónico del suelo; en un suelo bien trabajado, el porcentaje de calcio del CIC debe estar cerca del 60% y el del potasio matenerse alrededor del 10%, pero estos excesos estaban afectando al complejo de cambio, que se estaba desplazando hacia el potasio. Los viajes de potasa no solo estaban provocando carencias de calcio en la planta sin conseguir regularla, además estaban estropeando el mismo suelo; manten durante años abonados de este tipo, prescinde de la materia orgánica y el estiércol, y el suelo comenzará a "bloquearse" como si fuera un teléfono móvil... Y claro, habrá que "desbloquearlo" a base de garrafas milagrosas, con nombres espectaculares y etiquetas llenas de colorines.
¡Casí se me pasa! Si nos fijamos en los resultados de los análisis de suelo y foliar, resulta muy curioso que con una solución de suelo en la que prácticamente la mitad de los cationes eran potasio, la planta tuviera unos niveles de potasio en hoja relativamente bajos, casi carenciales. Y tan o más curioso resulta que, con unos niveles de nitratos en suelo relativamente bajos, el nitrógeno en hoja estuviera muy cerca de los niveles máximos asumibles... La explicación es evidente, aunque no gustará a algunos: la planta toma los nutrientes que necesita en función de lo que está haciendo, y no servirá de nada que la atosiguemos con el nutriente que necesita cuando está haciendo otra cosa. Una planta con déficit fotosintético, sin estrés hídrico ni carga de frutos estará muy vegetativa y solo pensará en crecer, así que limpiará el suelo de nitratos aunque nosotros se lo atiborremos de potasio; aumenta la fotosíntesis -aumentando la luz y ajustando el déficit de presión de vapor-, provócale un cierto estrés hídrico -reduciendo los riegos- y cambiará rápidamente a un estado generativo en el que solo pensará en cuajar, conforme más cuaje más potasio necesitará y entonces limpiará el suelo de potasio aunque nosotros lo atiborremos de nitratos y amonio. Una pena, pero es lo que hay; las plantas son seres vivos complejos, y no tienen "cambio de marchas".
La historia tuvo final feliz, más que nada porque la solución era muy simple... Fue fregar bien el plástico (el agricultor mantenía cierto blanqueo por miedo a la mosca blanca), ajustar los riegos y abonar con un abonado equilibrado -que, evidentemente, incluía nitrato de calcio- y los tomates mejoraron rápidamente. Aunque al final los técnicos pillamos un poco de chispa, porque la mejora de la plantación fue tan rápida que se adelantó a la llegada de los resultados analíticos, así que el agricultor nos reprochó -eso sí, con la boca pequeña- la necesidad de los análisis. ¡Qué le vamos a hacer!... Para eso también estamos los peritos de campo.
Por cierto, a pesar de que la planta había sufrido una carencia de calcio confirmada analíticamente, no apareció un solo fruto con peseta. Los problemas de peseta aquel año 2012 se concentraron en la finca de la última foto, donde los niveles de calcio en suelo eran excelentes. Pero eso lo dejaremos para el próximo post...



[1] La absorción de calcio y magnesio es por flujo de masas y las características químicas de ambos cationes son muy similares. Por ello es frecuente que cuando una carencia de calcio no es inducida (es decir, se origina por un nivel insuficiente de calcio en la solución del suelo o el sustrato) coincida con niveles elevados de magnesio. De hecho, cuando se abona en hidropónico uno de los factores que hay que tener en cuenta es que en la solución nutritiva el nivel de calcio sea siempre más o menos el doble que el de magnesio, para favorecer su entrada pasiva en la planta en las proporciones correctas. Claro que esto es algo muy facil de decir, pero bastante difícil de conseguir con algunas aguas de riego...

18 comentarios:

  1. Excelente. Gracias.

    Para aguas de 2 ds/m, se puede justificar aportar cloruro cálcico en vez de nitrato cálico, junto con nitrato potásico y ácido fosfórico. Esto sería para determinado momentos donde se pretende frenar el vigor de la planta, con la idea de reducir la aportación nitrogenada. Hablo de plantas que empiezan a cuajar los dos primeros ramos de tomate por tallo. Esto unido a lecturas de tensiómetros marcando el valor de riego cuando el tensiómetro marque un valor de entre 15-20 centibares (suelo franco-arcilloarenoso). Se pretende abrir la flor y favorecer el cuaje y polinización. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Habría que hacer cuentas para que el abonado siguiera siendo equilibrado -y eso solo puede hacerse con los datos del agua de riego-, pero es una opción, aunque a bote pronto creo que si se elimina todo el nitrato de calcio puedes reducir demasiado los nitratos.
      Si no quieres aumentar cloruros, otra opción perfectamente valida es el tiosulfato cálcico, del que se hablo largo y tendido en muchos comentarios del blog hace aproximadamente un año.

      Eliminar
  2. Fenomenal. La pena es que no se para que se pasan muchos técnicos estudiando lo contrario de lo que recetan. La verdad es que la lógica se riñe con la comodidad. Sí digo lo que dice la mayoría, es más cómodo aunque no sea cierto.
    En aguas de La Rabita con 15mMoles de Ca aparece peseta. Que casualidad que sólo es en tiempos caluroso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es evidente que esa peseta se debe a un deficit de agua en los tejidos, y con ello el movimiento de calcio hacia estos. No precisamente a una deficiencia del elemento en cuestion

      Eliminar
  3. Os animo a intentar controlar "la peseta" en un cultivo de kumato,sin hechar calcio quelatado,si sois capaces de hacerlo sin ese tipo de productos,yo por mi experiencia personal mi primer año de kumato el primer ramo y el segundo,casi el 70% se fue de peseta,mi segundo año ya con esos productos reduje bastante el problema de peseta,aun 20%-30%,es mi experiencia y opinion pero la opinion es como el ombligo cada uno tiene uno y diferente,si no me creis hablar con vuestro compañero perito de horticolas guadalfeo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El cultivo de tomate Kumato que aparece en este post (http://elhocino-adra.blogspot.com.es/2011/04/subiendo-la-conductividad-2-de-2.html) no solo no tuvo "peseta" en el primer ramo, no solo no se gasto "calcio quelatado" en todo el cultivo, es que ademas se aportó cloruro sódico (la sal de la ensalada) al agua de riego hasta que cuajo el 5º ramo. Y no te digo la producción que cortamos porque seguro que me vas a llamar mentiroso, pero también estoy seguro de que mi colega de Agricola Guadalfeo se acuerda todavía de este cultivo en una finca muy cerca de EjidoMedioambiente, porque fueron ellos los que comercializaron esos Kumatos...

      Eliminar
    2. la finca de ejidomedioambiente es la de la Pepe moreno hijo,y si los encargados o encargado de la finca y perito que tienen aparte hiciese mas caso a perito guadalfeo,sacaria mejor calidad porque yo le doblo en calidad y producion,de hecho este año queria cambiar de plantacion porque me gustan los retos y queria poner otelho y no me dejaron,porque me prefieren por calidad en kumato

      Eliminar
    3. ooooleeeee por mi geromooo

      Eliminar
    4. Pa' gustos, colores...

      Afortunadamente todos tenemos nuestro mercado

      Eliminar
    5. Exacto,pero un agricultor con menos medios y saque mejor cosecha y que venga perito y diga que es una alegria venir a la finca por el manejo que le tenemos al tomate,pues es una satifacion personal y un reto para intentar superar un poco mas año tras año

      Eliminar
    6. Y yo me alegro mucho.

      Afortunadamente todos tenemos retos y satisfacciones profesionales.

      Eliminar
  4. Entomofilico, bájate un poquito hombre que no pasa nada.

    ResponderEliminar
  5. Geronimo tu perito es el de guadalfeo , que es quien le paga, que esperas que te diga que eres maravilloso y fantastico , te va a decir que eres muy malo ,de verdad .....y si te va de maravilla con tu kumato para que quieres cambiar a otello ? Y no me vallas a decir que no se puede cultivar sin peseta esos tomates? Algo haceis mal con toda seguridad , tu perito de eria de saber lo que esta pasando maneja un numero de hectareas interesante , en este caso en gergal no cogerian ni uno , no seas conformista con la peseta que algo haceis mal , miratelo , saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Podria decir muchas cosas,y seguiriamos dando vueltas,vivo en el ejido si algun dia tu y entomofilico,una noche quereis hechar una charla para intetcambiar impresiones yo esyoi dispuesto siempre de buen rollo,porque por mucho que digamos por aqui no nos vamos a ponet deacuerdo

      Eliminar
    2. Si pusieras la mitad de empeño que pones en criar tomates en escribir bien serias la bomba.

      Eliminar
  6. Ole mi geromo, yo no se como despoues se venden invernaderos en el Poniente con todo el dinero que se gana, yo no gano tanto.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...