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lunes, 12 de diciembre de 2011

AGUA

En principio tanta dispersión no puede ser buena. Claro que no podemos anticipar como será la política de esta organización de agricultores que nace. Esperemos que sus decisiones sean acertadas para beneficio del campo almeriense. AGUA aparte de ese líquido tan importante para la vida ahora es Agricultores y Ganaderos Unidos de Andalucía. Es de suponer que haran honor a su nombre e intenterán que el campo esté lo más unido posible para la consecución de reivindicaciones históricas y nuevas. Le deseamos acierto e inteligencia porque tiempo habrá para criticar sus posturas o alabarlas si corresponde. La referencia la he sacado de Teleprensa. Veremos.

11 comentarios:

  1. la falta agudiza el ingenio jeje

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  2. Mas gente al club, solo espero que estos no sean com PROA donde habia gente que nunca habian trabajado en el campo o han tenido que vender las fincas por vagos, como su portavoz Jose nache.

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  3. Han subido los precios, habra influenciado en ellos las manifestaciones de los dias pasados.. Los comerciales de las cooperativas y de las Alhondigas (alhondigistas), habran decidido subir el precio para no cabrear mas a la gente. El año pasado pusieron los pimientos a mas de 1 € para que este año no les faltara. Todos estos comerciales no pueden hacer muchos recortes ¿Como van a pagar su decima casa en Almerimar? (sus putas y sus camellos de coca se van a quejar con tanto recorte) Antonio Hidalgo

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  4. No dudo de las buenas intenciones de la nueva organización. Pero tened en cuenta que si los agricultores no tenemos problemas, ¿qué sentido tiene la existencia de esas organizaciones?. Quiero decir que cuando se dan cuenta de lo bien que se está en el sillón les dá por pensar que lo mejor es que dure mucho tiempo y entonces caen en la cuenta de que para ello es necesario que no se resuelvan definitivamente nuestros problemas. Seguidamente empiezan a estudiar estrategias para tenernos medio engañados, medio conformados, como calcular el momento idóneo para las manifestaciones según las previsiones de demanda de género y las previsibles subidas de precios. He dicho.

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  5. joder que caretos tienes estos, van a durar un año, no más...

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  6. Esto es un articulo que me he encontrado viendo un blog es de Manuel Pimentel publicado en el peeriodico Cinco Dias el dia 19-8-2009

    La venganza del campo
    Manuel Pimentel - 19/08/2009

    No sabemos cuándo llegará, pero más pronto que tarde se presentará entre nosotros con sus fauces abiertas sedientas de venganza. Durante décadas los hemos despreciado, humillado, pisoteado. Al campo, a la agricultura, a la ganadería y al conjunto de sus gentes. Sector primario, lo definíamos, como sinónimo malicioso de elementales, primitivos, básicos. La sociedad posmoderna ignoraba a los productores agrarios, a los que benignamente sólo toleraba como cuidadores de un medio ambiente en el que solazarse. El campo ha desaparecido del debate público. Oímos a los políticos y a los gurús desgañitarse en el debate de la economía del futuro. ¿Alguien los ha oído alguna vez nombrar la agricultura? No. El campo ya no existe para las mentes pensantes. Todas dan por hecho que los productos agrarios sanos y baratos seguirán inundando los mercados. Se equivocan. Más pronto que tarde, el campo se vengará en forma de escasez de alimentos, que subirán de precio de forma brusca e inesperada. Que nadie se queje entonces. Entre todos estamos incubando ese monstruo a base de desprecios y desdén.

    Le llaman cadena de valor. El precio final que paga el consumidor debe retribuir a la cadena de supermercados, al fabricante, al transportista, al almacenista y finalmente al agricultor. ¿Adivina quién es el que menos percibe de esta cadena? Pues ha adivinado bien: es el que está al final, el proveedor de la materia prima, el más débil a la hora de negociar. Le dan tan poco que no puede ni cubrir gastos. Pongamos un ejemplo. Una camisa de algodón que cuesta 100 apenas si tendrá unos céntimos de hilo de algodón. Todo se queda en la marca, el diseño, los transportes, el comercio, el valor añadido de la cadena, etc. El costo de la materia prima agraria o ganadera es irrelevante. Tanto la política como la empresa exprimen sin piedad al agricultor, que contempla impotente la progresiva ruina de sus economías y familias. La sociedad canta ahora, por ejemplo, a las marcas blancas, sinónimo de una vuelta de tuerca más sobre el pescuezo de los agricultores.

    en otro comentario pongo la continuacion.

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  7. la continuacion

    Mientras esto ocurre, la expansión de las zonas urbanas e industriales -ubicadas normalmente sobre las tierras más fértiles- continúa devorando implacablemente la superficie agrícola, y la proliferación de infraestructuras, sigue arañando miles y miles de hectáreas cada año de tierras de cultivo. El factor tierra también se reduce por el crecimiento de instalaciones de energías renovables. Los paneles y los molinos también restan hectáreas de cultivo y pastos. Se nos podría contraargumentar que aún existen tierras abandonadas o vírgenes, pero la verdad es que son más escasas de lo que podemos pensar. Casi toda la superficie que se puede cultivar ya se cultiva, y el resto, o es infértil o se encuentra protegida. No podemos basar nuestro desarrollo en la deforestación masiva de los escasos bosques y zonas salvajes que nos restan. Lentamente, cada vez tenemos menos tierra para labrar.

    El segundo factor básico es el agua, y aquí el futuro es aún más sombrío. Sin adentrarnos en las teorías del cambio climático, y aún contemplando el mantenimiento del clima tal y como lo conocemos, la cantidad de agua destinada a la agricultura disminuye año a año. Las modernizaciones de los regadíos podría ser una causa positiva, pero la principal es la rivalidad de usos. El ingente consumo urbano, turístico e industrial del agua -todos ellos antepuestos al agrícola- hace que cada año los agricultores dispongan de menos agua para sus cultivos. La escasa rentabilidad de sus producciones también limita al máximo su consumo.

    Es en el tercer factor, las técnicas de cultivo y la investigación en las variables de producción donde aún podemos cifrar nuestras esperanzas. Todavía queda camino por recorrer para incrementar la productividad por hectárea. Pero los actuales precios basura impiden financiar la innovación. Tan sólo si el campo vuelve a la rentabilidad, la investigación podrá azuzarse.

    Todos los alimentos -y digo bien: todos- provienen del sector primario. Ni toda la química ni electrónica del momento han logrado producir ni un solo gramo para comer. Hemos olvidado algo tan elemental como el que tenemos que comer todos los días. No debemos permitir que el campo siga muriendo. Los precios deben reajustarse, y en los planes económicos, el sector primario debe tener un peso propio. Algunos países, como China, están comprando masivamente tierras en terceros países. Quieren inmunizarse ante la venganza del campo. ¿Qué hacemos nosotros? Pues nada. Así nos irá.

    Manuel Pimentel

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  8. ¡Toma ya! en dos palabras: clarito y conciso. Para uno bueno que tenían en el PP andaluz y lo marginan. En fin...

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  9. os imaginais al gerente de Hortyfruta o al de Coexpal tomando decisiones sobre nuestro genero....Que miedo. Esos si que son catetos e ignorantes, nunca han arriesgado un duro.

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  10. Es irremediable, la gente necesita comer. Sólo tenemos que ponernos de acuerdo pero sutilmente, no cerrando supermercados o volcando camiones como bárbaros. Es un cambio que no se hará de un año para otro, necesitaremos de unos cuantos pero hay que conseguir que la oferta se unifique y planifique unitariamente las producciones. El que no entre en el saco que no tenga nada que comercializar.

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  11. Esto... vamos a ver. Llevo casi 20 años viviendo en Almería. Desde que llegué, se está hablando de lo atomizado del sector. Ha habido crisis de precios durante años. Y huelgas. Y comunicados del sector. Siempre igual.

    Cuando uno se introduce un poco en este mundo, contempla una verdad absoluta: el problema no es el sector, son los que lo dirigen. Los presidentes, gerentes de cooperativas, los representantes de asociaciones como Coexphal, que se lucran de ayudas para mejorar el sector, que manejan el dinero a su antojo y se acomodan en puestos vitalicios durante años. Directivos, la mayoría iletrados o zopencos, que se mantienen gracias al apoyo y el respaldo de otros homólogos a ellos.

    Es curioso, porque cuando has visto las piezas encajando y moviéndose te percatas de que el propio sector sabe que el sistema no funciona. Pero no lucha o se molesta por cambiarlo. Porque no hay opción posible, señores. Porque este baile de bandidos, expoliadores y canallas es necesario. Es necesario para comunicarse con la esfera política, dónde el cortijeo, los enchufes, los sillones y el peloteo es preciso para comunicarse con los dirigentes.

    Porque si no entras y conoces ese mundo, si no participas en él, nadie te mirará, ni te escuchará cuando toques la puerta de algún concejal, alcalde, diputado o consejero.

    Y es así. Y mientras siga siendo así, el sector no mejorará. Da igual las huelgas y las manifestaciones, las quejas del sector o las manipulaciones de los sindicatos. O las declaraciones de esos dirigentes que se saben incompetentes. Al final el sector se arruinará, y le echará la culpa a la UE, a Turquía o a Marruecos.

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