A ver si me explico bien. Cuando compramos productos de fuera de Europa el precio se reparte así: un poquito para el minorista, muy poquillo para el jornalero y lo demás para las empresas multinacionales.
Cuando compramos productos europeos se reparte mucho más y el jornalero puede mandar dinero a su pais en una cantidad muy superior a la que recibe su hermano allí trabajando para una empresa extranjera. Además, la calidad, aunque solo sea por el tiempo de transporte desde paises lejanos. No se de donde se difunde la idea de que comprando productos agrícolas a terceros paises se mejora su nivel de vida. Además el agricultor autónomo aquí, ya que en esos paises casi no existe, está en la categoría de la UICN denominada Vulnerable. Seguramente pronto pasará a la categoría de En Peligro de Extinción.
El problema es que se estimula la inversión y puesta en marcha de explotaciones agrícolas en países subdesarrollados por parte del capital andaluz/español/europeo con el pretexto de que se crea empleo en países subdesarrollados, sin preocuparse de las condiciones de salubridad, seguridad ni derechos sociales de aquellos trabajadores.
ResponderEliminarY ya no hablemos del control de las condiciones de seguridad alimentaria o de respeto al medio ambiente (esto último es muy relativo) en que se producirá en esas nuevas zonas de cultivo.
En definitiva, opino que las autoridades europeas nos llevan a una hipocresía o cinismo sobre este tema.
No puedo decir ni mu a lo que dices, completamente de acuerdo. De camino putean los precios nuestros en origen sin que repercuta en el consumidor final. La demanda se resiente.
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